"Con los niños de acogida te pones una exigencia: no les puedes volver a fallar": así funciona el acogimiento familiar especializado

Madrid

Melani conoce a su hijo mayor desde hace tres años y medio. "Es divertido, cariñoso cuando se deja. Un fenómeno", según cuenta su madre en Hora 25 con Aimar Bretos. A veces la vida se complica antes de tiempo, en la casilla de salida, cuando tus padres no pueden hacerse cargo de tu crianza. Es justo lo que le ocurrió al hijo de acogida de Melani, que ahora tiene 14 años. Ellos participan en el Programa de Acogimiento Familiar Especializado que funciona en Gipuzkoa. Melani es psicóloga y afronta la crianza de su hijo como madre, pero también como profesional. "Los primeros días éramos un manojo de nervios, pero lo recuerdo con mucho cariño. Fue muy bonito", explica Melani.

"Los primeros momentos son como una fiesta. Todos enseñamos la cara amable. Yo no hablé de la mochila que traía, porque me parecía que lo primero era establecer un vínculo. Dijimos que no había que abrir melones que no pudiéramos cerrar", relata la psicóloga. "Primero tenemos que observar, detectar qué aspectos merecen más atención de su historia, elegimos, priorizamos dos o tres y ver qué estrategias tenemos que utilizar para llegar al objetivo. Puede ser una pregunta clave concreta mientras hacemos macarrones, o una conversación después de ver una película o un ritual antes de dormir. Hacemos un camino y cada día con pequeñas cosas me ajusto a él", dice Melani.

Ella entiende que es madre 24 horas y psicóloga 24 horas. "Es una experiencia que te atraviesa a todos los niveles y atraviesa a todos los miembros de la familia. Es un trabajo para todos y se pueden ver afectados positivamente y negativamente. Mis hijos biológicos lo consideran un hermano más y se llevan como hermanos. La relación entre ellos es muy normal", asegura Melani.

Alberto Rodríguez es director del programa de acogimiento familiar especializado de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Él hace una descripción detallada de cómo funciona el acogimiento familiar. "A veces se trata de cómo ayudar a reparar un sufrimiento. El objetivo es cómo ayudarles mientras comen garbanzos. Los ojos, las manos de Melani, pueden ayudar a reparar lo que sufrieron", dice Rodríguez.

El acogimiento familiar no sustituye a la familia biológica, ni es una adopción. Este programa en concreto está especializado por la particularidad de esas familias y se extiende más allá de los 18 años, hasta los 19 años y medio. "No pienso tanto cuando llegue el momento. El vínculo dura mucho más, porque no quiere decir que con esa edad se vaya a ir", dice Melani. "Nosotros le pedimos a nuestro hijo de acogida que se lo explicara a nuestro hijo biológico. Se entendieron perfectamente, tenían el mismo lenguaje. Hemos tenido mucha duda y a veces culpa", continúa.

¿Qué requisitos se tienen que cumplir como familia? "En el caso del programa especializado tiene que haber una formación y también experiencia profesional en la intervención con chavales. No se trata solo de cuidar, sino de observar. Todas las familias tienen que pasar por un proceso de valoración y de formación, donde vamos a ver los puntos fuertes y de dificultad. Ahí tenemos que valorar el grado de competencia técnica. La titulación es una cosa, pero hay que estar preparados para intervenir. Son procesos de valoración duros", señala Alberto Rodríguez. "La mayor parte de la experiencia de un acogimiento es emocional, donde reparar se hace a través de lo que sentimos en las tripas. Muchas veces hay que separar qué es tuyo y qué no. Esto es complejo y hay que ayudar a formarlo", sentencia.