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Una nariz inteligente para saber si la comida está en mal estado: "La mayoría de las intoxicaciones alimentarias ocurren en la nevera"

Pablo Sosa, CEO cofundador de Oscillium, trabaja para paliar el desperdicio de alimentos

Los Revolucionarios | Una nariz inteligente para saber si la comida está en mal estado: "La mayoría de las intoxicaciones alimentarias ocurren en la nevera"

Madrid

Cada persona europea desperdicia cada año 127kg de comida. El 55% de este desperdicio se produce en los hogares. En muchas ocasiones las personas dictaminan si un alimento está o no en buen estado valiéndose del sentido del olfato. Oscillum es una startup que ha diseñado una "nariz inteligente" que busca evitar este desperdicio alimentario.

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Oscillum funciona como un "semáforo" para la comida. Se sirve de unas etiquetas inteligentes aplicadas a los alimentos que avisan de su estado en términos de calidad, frescura y seguridad, mejorando la sostenibilidad y la seguridad alimentaria en toda la cadena de valor.

Una fecha de consumo preferente más actualizada

Pablo Sosa, CEO y cofundador de Oscillum ha contado en La Ventana que la idea del proyecto nació gracias a sus compañeros de piso. "A final de mes, me di cuenta de que me quedaba un filete en la nevera que parecía que estaba en mal estado. Sobreviví a ese filete y le empecé a dar vueltas a cuánta cantidad de comida desechamos", ha comentado.

Sosa ha explicado que Oscilllum es "una fecha de consumo preferente más actualizada". Las etiquetas con las que innova esta empresa emergente cambian de color: si está amarilla significa buen estado, si está verde invita a tomarlo pronto, antes de que se estropee, y si se vuelve azul implica que se ha estropeado. "Las etiquetas también tienen textura para las personas con ceguera total", ha indicado.

Estas etiquetas "imitan" el funcionamiento de la nariz de los perros, según afirma el CEO. Los seres vivos emiten una serie de compuestos volátiles, perfiles de aroma, que cualquier producto como la carne o el pescado emana. Oscillum recrea una nariz artificial que mide esos gases. Sosa comenta que correlacionan perfiles de olores con estados de degradación. "Nosotros transformamos una señal en otra y la interpretamos de la mejor forma posible", ha expuesto.

"La mayoría de las intoxicaciones alimentarias ocurren en la nevera"

Sosa explica que las etiquetas se pueden poner en el envase del alimento o, directamente, sobre el propio alimento. "Buscamos una solución integradora: que ayude al supermercado, al pequeño minorista y al consumidor. La mayoría de las intoxicaciones alimentarias ocurren en la nevera", ha asegurado.

"Un producto que huele fuerte puede estar bueno y una que esté precioso puede generar una intoxicación", ha advertido el CEO. Explica que, en el caso de la fruta, informa si está dulce o ácida o si está más madura o menos. "Aportamos información en tiempo real en todo tipo de productos", subraya.

Asimismo, Sosa comenta que han pensado en un kit rápido para que las personas alérgicas puedan discernir entre lo que pueden comer y lo que no. "Queremos que la información que estamos proveyendo ayude a cambiar el sistema; que pase de ser lineal a circular, como ha sido toda la vida", ha reflexionado el CEO. Oscillium no funciona solo para alimentos, sino que también tienen una línea para cosmética y otra para fármacos.

Tarea pendiente, ponerle fin al desperdicio de alimentos

David Laso

Redactor de La Ventana, antes en Si Amanece nos...