"Nadie quería relevarme. Es mucho sacrificio para tan poca recompensa": la realidad de los directores de colegios en España
Los directores reivindican que haya menos carga burocrática y aumentar el liderazgo educativo
Vicent Mañes, director de colegio: "Nadie quiere relevarme, es mucho sacrificio para tan poca recompensa"
Vicent Mañes es presidente de la Federación Centros de Infantil y Primaria y director del colegio Bertomeu Llorens en la localidad valenciana de Catarroja. Ocupa la dirección del centro desde hace 26 años y es un ejemplo de la falta de directores. En todos estos años no se han presentado candidatos y como está a punto de jubilarse han tenido que buscar a un profesor que aceptara formarse para cubrir la vacante. "El relevo ya está con un equipo formado y en el que estoy integrado para hacer la transición. La continuidad está asegurada gracias al compromiso por parte del centro", ha explicado en 'Hoy por hoy'.
Un tercio de su jornada laboral da clases y el resto lo dedica a las tareas propias de la dirección. El inconveniente es que el 90% son tareas burocráticas y de gestión ya que no tienen auxiliar administrativo. El resultado es que no hay tiempo para la tarea educativa. "Ser director representa una responsabilidad muy grande y la carga burocrática es muy grande y el liderazgo pedagógico queda muy mermado en aras de solucionar los problemas organizativos. Es mucho sacrificio para tan poca recompensa".
La jornada es de nueve de la mañana a las 16:30 de la tarde. "Siempre llego una hora antes de que comiencen las clases y nunca salgo a mi hora. Todos los días tengo que dedicarle más tiempo para poder hacer todo el trabajo. Toda la jornada la suelo ocupar apagando fuegos, planificando clases, atendiendo a las familias, haciendo de mediador con los alumnos, con el resto de profesores y encargándome de toda la intendencia, el comedor, los teléfonos. Hay muchísima gestión. Un enorme porcentaje de la labor directiva está dedicada a la gestión burocrática y no a la gestión educativa. Y a eso hay que sumar las clases porque los directores no dejamos de dar clase", cuenta.
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Mejorar el sistema educativo es el objetivo. Para eso los directores reivindican que haya menos carga burocrática y aumentar el liderazgo educativo. Para Mañes habría que hablar no solo de directores sino de equipos directivos.
¿Por qué los profesores no quieren ser directores?
El profesorado no encuentra la dirección atractiva por muchas razones: la capacidad de maniobra es escasa, apenas hay liderazgo pedagógico que queda supeditado a labores burocráticas. Una gran parte del tiempo se dedica a estas labores que podrían resolverse con un auxiliar administrativo. Tampoco compensa económicamente porque la remuneración es un complemento al salario de profesor. No cubre la dedicación que exige. Existe una reducción horaria pero se sigue compaginando con las clases.
A todo esto hay que añadir que cada comunidad autónoma paga a los directores una cantidad distinta como complemento a su sueldo de profesor, pero en todas esa cantidad se ha fijado siguiendo el mismo criterio: el tamaño del centro educativo. A más tamaño, y por tanto más alumnos, hay mayor complemento para el director. La horquilla es enorme y oscila entre los algo más de 77 euros al mes que paga Castilla y León a los directores de los colegios más pequeños, los que tienen una o dos clases, menos de 50 alumnos, hasta los más de 1.200 euros que se cobran en Cantabria por dirigir un instituto grande de los de más de un millar de estudiantes.
Madrid tiene un sistema algo distinto para fijar ese complemento. Aquí todos los directores reciben de entrada una cantidad fija mínima que son 607 euros. Esa cantidad se completa sumando 58 céntimos por cada alumno. Así que un director de un centro de 1.000 alumnos acabaría sumando 580 euros a los 607 y ganaría un complemento de 1187 euros más al mes.
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El complemento tiene en cuenta el tamaño del centro, pero no otros aspectos que son relevantes para la gestión como los alumnos con necesidades educativas especiales a los que hay que atender o el nivel socioeconómico de las familias no es lo mismo ni tiene los mismos problemas un centro educativo en un barrio rico que en uno pobre.
La carga de trabajo del director
En los institutos muy grandes, que tienen turno de mañana y tarde, supone estar disponible casi 24 horas. El director tiene funciones de jefe de personal, se tiene que encargar de reclamar a la consejería si hay una baja o necesita profesores adicionales, y debe coordinar a todo el equipo. Es responsable de finanzas, porque suya también es la máxima responsabilidad del presupuesto. También tiene tareas de comunicación con las familias y es el representante de la administración con quien se tiene que pelear para tener suficientes recursos y a la vez tiene que representar. Además debe dar sus clases.
Los sindicatos de profesores como CCOO o UGT inciden en que al final nadie decide aspirar a la dirección por dinero, por el complemento salarial, y que lo determinante suele ser el convencimiento de poder desarrollar un proyecto pedagógico interesante. Las dudas sobre si van a poder tener los recursos suficientes es lo que más puede echar para atrás a los posibles candidatos y el motivo de que no haya suficientes aspirantes para ser director.
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