Rusia y China avisan de que la venta de submarinos nucleares a Australia iniciará una "confrontación prolongada"
La OIEA reconoce también que vigilará que el pacto entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia no derive en una escalada nuclear
Madrid
El nuevo pacto AUKUS por el que Estados Unidos y el Reino Unido van a compartir tecnología militar avanzada con Australia ha despertado ya las reticencias de Rusia y de China y también genera inquietud en el seno de la propia Organización de la Energía Atómica. Tampoco al principal vecino de Australia, a Nueva Zelanda, le genera buenas sensaciones este incremento de la capacidad militar del gigante oceánico. Australia de hecho ha confirmado este martes que va a gastar más de 245.000 millones de dólares en 30 años, el equivalente al 0,15% de su Producto Interior Bruto, al programa de submarinos que podrían llevar propulsión nuclear y que se deriva de este pacto a tres bandas. Nueva Zelanda ha recordado en paralelo que seguirá sin permitir el paso de este tipo de navíos por sus aguas cumpliendo con su política antinuclear que defiende desde los años 80. Este pacto en todo caso permitirá a Australia sumarse al club de países con submarinos nucleares que ya conforman Estados Unidos (que tiene 68), Rusia (29), China (12), Reino Unido (11), Francia (8) e India (1).
Dos de los países que cuentan con este tipo de submarinos en esa zona del mundo, Rusia y China, han reaccionado de inmediato alertando del inicio de una carrera armamentística en Asia y el Pacífico. China ha sido el primero de los dos grandes países asiáticos en responder al AUKUS. Dice Beijing que inicia un camino peligroso, que también forzará una "carrera armamentística" y sumirá a toda la región en un proceso de inestabilidad.
El nuevo pacto derrocha mentalidad propia de la Guerra Fría
— Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Exteriores de China
En la misma línea se ha expresado poco después el Kremlin. El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha recogido el argumento que ya viene defendiendo China desde hace un tiempo: que la alianza entre Washington,. Londres y Camberra es "un intento de trasladar la estrategia de la OTAN hacia Asia". Y eso, concluye Lavrov, "es una apuesta seria por mantener la confrontación durante años". Curiosamente, aunque Rusia se ha retirado recientemente del único acuerdo antinuclear vigente con Estados Unidos, lamenta que esta nueva alianza pueda suponer un riesgo para la proliferación de armas nucleares.
La OIEA permanece vigilante
La Organización Internacional de la Energía Atómica ha emitido un comunicado para valorar las consecuencias que puede tener el AUKUS. En el texto recuerda que Australia es un país considerado Estado No Nuclear, lo que implica que los organismos internacionales tienen "el derecho y la obligación" de aplicar las medidas necesarias para garantizar el uso pacífico de la actividad relacionada con energía nuclear en su territorio. Australia es firmante, por ejemplo, del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares y de la Iniciativa de No Proliferación y Desarme. Reconoce de hecho la OIEA que Australia les ha mantenido al tanto de los detalles de este acuerdo, pero insiste en que su puesta en marcha debe hacerse siempre en función de la legalidad y la salvaguarda de la seguridad.
Las obligaciones legales de los países firmantes de AUKUS sobre la no proliferación nuclear son sagradas
— Organización Internacional de la Energía Atómica
Este organismo concluye recordando a los tres países firmantes sus compromisos para evitar la proliferación de armas nucleares y añade que mantendrá su vigilancia para que no se "deriven de este proyecto" nuevos riesgos para la seguridad mundial.
Características de los submarinos nucleares
Los submarinos con propulsión nuclear pueden permanecer sumergidos durante meses, mucho más tiempo por tanto que los convencionales, y además son capaces de operar a más velocidad y de funcionar con uranio sin necesidad de reabastecimiento durante al menos 25 años. Es esta capacidad de ser un tipo de buque destinado al espionaje lo que más preocupa a Rusia y a China, ya que en principio no son submarinos en los que Australia vaya a implementar armamento nuclear.
Para su propulsión, se ha de enriquecer el uranio de estos submarinos para mantener una reacción en cadena que proporcione energía de modo constante. Esa energía se emite en forma de calor que impulsa las turbinas que generan la electricidad necesaria para el funcionamiento del submarino.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...