Elena Rivera: "Desde pequeña me he relacionado muy bien en el mundo de los adultos"

Madrid

Elena Rivera (Zaragoza, 1992) le da una importancia capital a jugar. Así fue desde que tenía muy pocos años y no levantaba dos palmos del suelo, pero supo alzar la voz para interpretar nada menos que a Paloma San Basilio en un programa infantil de televisión. Y en ello sigue ahora, como lo prueba un merecido Ondas a la mejor interpretación femenina de ficción tras meterse en la piel de personajes tan ásperos como "Alba", la joven violada grupalmente por los amigos de su novio en la serie del mismo nombre para la plataforma Netflix.

Entre medias, cómo olvidarlo, fue creciendo actoral y personalmente defendiendo el papel de Karina, la chica de barrio que conquistó el corazón de Carlos Alcántara (Ricardo Gómez) en "Cuéntame", la serie más longeva de la historia de la televisión que repasó en sus veintitrés temporadas en antena (aún queda algo más) la historia de nuestro país desde finales de la dictadura franquista.

Además de jugar, Elena Rivera atesora otra virtud: recuerda muy bien todos los juegos, como si en su cabeza se encontrase una moviola capaz de reproducir cuándo, por qué y de qué forma se sucedieron todas esas diversiones. "Ahora lo pienso y me llama la atención. No es que yo dijese aquello de 'Mamá, yo quiero ser artista', pero desde luego desde el principio, en esos juegos había algo. Yo era de las que en verano, en casa de los abuelos, sentaba a la familia en sillas, me ponía encima unas toallas y les hacía un espectáculo", rememora Rivera.

Soñadora, fiel al deseo de interpretar a mil personajes diferentes, pero práctica. También supo al principio que todo lo que ha conseguido podría no haber ocurrido. De forma que estudió paralelamente magisterio infantil, una forma, si se quiere ver así, de poder organizar también los juegos de otros. "Llegué a hacer las prácticas en un colegio. Y mira, me quedé tranquila, porque una cosa es estudiar la teórica y otra muy diferente es la práctica. Y después de hacerlas supe que podría ser profesora, que también ejerciendo ahí podía ser feliz".

Entre juegos, también surgen algunos referentes buenos. "He crecido como espectadora yendo a ver a Aitana Sánchez Gijón al teatro y luego he tenido la oportunidad de actuar con ella. Con Aitana me pasa como con otras actrices, es el caso de Maribel Verdú... En realidad me siento muy bien entre personas que podrían ser mis madres. Aitana y Maribel son fuentes de vida. Desde pequeña en realidad me he relacionado muy bien en un mundo de adultos".

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La serie histórica "Inés del alma mía", rodada en Chile y Perú junto a Eduardo Noriega, es otro de los grandes puntos de inflexión en su carrera y no sólo por lo que supuso hacer una serie así, sino porque el tiempo de grabación coincidió con fuertes revueltas sociales en esos países. "Yo supe lo que es un toque de queda allí. A las dos semanas de rodar estalló una crisis social, que nos obligó a encerrarnos en el hotel. Fue muy duro; muy duro y muy bonito. Si ahora me preguntasen si volvería a rodar allí con todo lo que pasó, sabiendo que todo fue bien, te digo que lo repetiría todo, que me lanzaría de nuevo de cabeza como una loca".

Ahora, como si el juego infinito de la interpretación no sólo no pudiera concluir, sino que además tuviera la facultad de regresar al primer pasado, Elena Rivera volverá a interpretar de nuevo para una serie de televisión sobre Camilo Sesto a Paloma San Basilio. Jugar, como divertimento, como una obsesión, como lo más importante, como quizás la manera más fácil y gratificante de conseguir lo más difícil: ser feliz.