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Veinte años de la foto del 'trío de las Azores'

Una anatomía de ese instante en el que se selló el destino de millones de iraquíes

Veinte años de la foto del 'trío de las Azores'

Madrid

Se cumplen 20 años de la foto del 'trío de las Azores', el que formaban George Bush, Tony Blair y José María Aznar, y lo recordamos como una anatomía de ese instante en el que se selló el destino de millones de iraquíes. Una cumbre que estuvo a punto de llamarse la de las Bermudas, porque tanto George Bush como Tony Blair pensaron inicialmente en celebrar la cita en ese territorio británico de ultramar. Cuentan las crónicas que fue José María Aznar quien les convenció de que asociar un momento histórico como ese a un territorio con nombre de prenda de vestir no era una buena idea, y que fue él mismo quien convenció al portugués Durao-Barroso para que acogiera la reunión en el archipiélago de las Azores, a medio camino entre Europa y América.

Hasta allí viajaron el domingo 16 de marzo el español Aznar, el británico Blair y el estadounidense Bush, que un día antes, en su discurso semanal grabado en Camp David anticipaba que se avecinaban "días cruciales para las naciones libres del mundo". Lo cierto es que Bush y sus dos aliados europeos llevaban meses preparando a la opinión pública para una invasión de Irak afirmando sin rubor que Sadam Hussein ocultaba un arsenal de armas químicas y biológicas. De esas armas hablaron Blair, Aznar y también Colin Powell, el secretario de Estado estadounidense, que en la sede de la ONU sostuvo con pruebas falsas una mentira, la de las armas de destrucción masiva que en las calles de España pocos se tragaban y de la que dudaba incluso el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato. Dicen las crónicas que esa fue una de las razones por las que Aznar acabó optando por Rajoy como su sucesor y no por Rato.

George W. Bush, José Manuel Durao Barroso, Tony Blair y José María Aznar el 16 de marzo de 2003 in Lajes Field (Azores).

George W. Bush, José Manuel Durao Barroso, Tony Blair y José María Aznar el 16 de marzo de 2003 in Lajes Field (Azores). / Getty Images

El trío en realidad era un cuarteto

En esa base militar en la isla de Terceira, en las Azores, el domingo 16 de marzo de 2003 el anticiclón se hacía de rogar. Sobre la pista de aterrizaje a media tarde corría una leve brisa que no dejaba de removerle el flequillo a un José María Aznar. Junto a él, tenso, el británico Blair, y algo más sonriente, el anfitrión portugués, Durao Barroso. Fue él el que se acercó hasta la escalerilla del Air Force One para recibir al último de los asistentes. "¡Mister Bush!", gritan los camarógrafos buscando un gesto del líder del mundo libre. Él, visiblemente confiado, saluda dos veces a las cámaras mientras camina con paso firme hacia sus aliados. Y es ahí, a los pies de una escalera de piedra que conduce a un modesto edificio de la base militar de Laje, donde se produce la imagen que queda para la posteridad. Es la foto del trío de las Azores, con Aznar cambiando de sitio para posar junto a Bush; con el americano sonriente, poniendo su mano sobre el hombro de su colega español; y con el británico Blair visiblemente incómodo, forzando una sonrisa de circunstancias.

Pocos reparan en que el trío en realidad era un cuarteto, porque Durao Barroso no se separa de ellos ni en los casi 30 segundos que duran posando ni en los 90 minutos que estuvieron reunidos, sellando su ultimátum a Sadam Hussein: o entregaba sus armas voluntariamente o le desarmarían por la fuerza.

Fueron 30 segundos para la historia que algunos recuerdan como la "foto de la vergüenza". Una imagen que ha perseguido a sus protagonistas durante estas dos décadas. El británico Tony Blair, que se sumó al carro de la invasión junto a Bush desde el primer momento, acabaría mostrando su arrepentimiento en la BBC. Lo hizo, eso sí, después de que un informe oficial confirmase que la invasión de Irak se basó en una mentira, la de las armas de destrucción masiva.

Menos arrepentido se mostró George Bush cuando le preguntaron hace unos años por aquella decisión; si acaso, dijo, se arrepentía de las heridas sufridas por sus soldados. Si alguien le pregunta a Aznar por aquella foto, no encontrará modestia ni remordimiento: "Nunca he tenido mejor foto", llegó a decir el expresidente español.

Quizás el que mejor parado salió de aquella foto fue el portugués Durao-Barroso, que acabaría presidiendo la Comisión Europea primero y el banco de inversión Goldman Sachs después.

De los que pocos se acuerdan ya es de aquellos que no salían en la foto, de Sadam Hussein, que acabó ahorcado en una base estadounidense en Bagdad en 2006, y de los los millones de iraquíes que sufrieron las consecuencias devastadoras de una invasión basada en una mentira.

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Fernando Bayo

Director de 'Código de Barras'