Siempre habrá un político sin escrúpulos

La semana pasada supimos que Mónica García y Enrique Ossorio supuestamente se aprovecharon del bono térmico. Y digo supuestamente porque todavía falta por saber si fue culpa del bono, que tiene toda la pinta de que iba provocando con unas condiciones económicas demasiado cortas. Y creo que ahí está el problema. Mientras las ayudas sociales tengan requisitos económicos, siempre habrá un político sin escrúpulos dispuesto a disfrutar de ellas. La única manera de que los políticos sin principios no se queden con las ayudas de los más necesitados, es crear una paga específica para ellos.

Un bono moral para aquellos mandatarios que viven con tan poca vergüenza que se encuentran en una situación de extrema pobreza democrática. Una paguita de doscientos euros para que se los gasten en percebes y cigalones. Eso sí, sólo se podrán beneficiar de esta ayuda aquellos mandatarios que acrediten que viven en un núcleo familiar que no suma unos niveles mínimos de dignidad. Para ello, partir de ahora los políticos deberán declarar en el portal de transparencia cuánto patrimonio tienen el banco y cuánta decencia llevan en la sangre.

Creo que sólo así, redistribuyendo la dignidad de todos los ciudadanos conseguiremos que algunos mandatarios se olviden de nuestra riqueza.

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Las primeras guerras tildistas

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