Ya que espían, que intervengan
Que al menos la indecencia profesional y la corrupción generalizada que acarrea un espionaje se equilibre con buenas acciones que corrijan nuestras vidas privadas tan complicadas
La contra | Ya que espían, que intervengan
Madrid
Un poco de cansancio porque no es la primera vez que ocurre. Yo llevo años deseando que alguien me pinche el teléfono a mí para que al menos corrija mi vida y corrija mis malas decisiones, para que me diga que esto no lo hagas así. Pero en fin, no van a descubrir una filtración, pero por lo menos podrán rodar una película, creo yo, para ganar algún premio en el cine francés. En fin, me digo, insisto, ya que esperan que intervengan, al menos en las vidas privadas de los periodistas, como si fuesen ángeles de la guarda. Que pasen la información que reciben a los distintos ministerios para que resuelvan nuestros problemas, que no se queden en esa movida de conseguir noticias o de saber el origen de las filtraciones, que queda muy poco democrático, que cuando se les descubra no salgan en 'El País', que salgan en el 'Hola', que al menos la indecencia profesional y la corrupción generalizada que acarrea un espionaje se equilibre con buenas acciones que corrijan nuestras vidas privadas tan complicadas. Cuando uno espía a un periodista descubre que lo más interesante no es quién le está pasando la información, es el alcoholismo, los divorcios, el paro, la vida que nos atropella, la precariedad. Esas son las cosas en las que se tiene que fijar un Gobierno, no lo demás.
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