Los bonos
"Los servicios sociales son el puente para llegar al otro lado. Pero hay gente que ya está en el otro lado, y se aprovecha. Y así hacen que los servicios sociales, en vez de puente, sean frontera"
Los bonos
Como todo el mundo sabe, en España se conocen dos tipos de Bono: el de interior, que es de Castilla - La Mancha, y el de exterior, que canta en U2. Bien por la militancia de uno, bien por los conciertos del otro, ambos tienen algo de bono social. Lo social es como el azafrán: a poco que lo toques, se te queda pegado el color. Pero antes que los bonos, fueron los Bonys. Me refiero a los pastelitos de la Bimbo, no a la atracadora de bancos, de Bonnie and Clyde, que vestía falda larga. Es cierto que, entre los pastelitos, también estaban los Tigretones y los Bucaneros. Con un Tigretón y con un Bucanero salía la vida de Sandokán. Los españoles hemos sido más de Bonys que de bonos. Los Bonys y los bonos tienen en común que son para quienes pueden permitírselos o, si se reparten, son para quienes los pillan antes. El bono social tiene mucho de darwinismo social. La culpa no es del bono ni de Darwin, sino de lo social. De hecho, Darwin fue el primero en decir que el hombre viene del bono. Un bono social está pensado para las personas más vulnerables. Son personas vulnerables porque ya están vulneradas, y una forma clara de vulnerarlas es pillar tan ricamente las ayudas que necesitan. Pretextar la igualdad de derechos es pura demagogia si no hay igualdad de condiciones. La gente que se encuentra en situación vulnerable no tiene Internet en su casa, ni tiene otros medios y, muchas veces, carece de información y de conocimientos para encontrar ayuda. Los servicios sociales son el puente para llegar al otro lado. Pero hay gente que ya está en el otro lado, y se aprovecha. Y así hacen que los servicios sociales, en vez de puente, sean frontera. Mejor que repartir pastelitos, sería repartir el pastel. Pero ese es otro presupuesto.