Jordi Évole: "El papa ha visto nuestro documental y no ha intentado cambiar nada. No hay un político en este país que haga eso"
"Nos llamó mucho la atención lo rotundo que fue el papa con los abusos sexuales en la Iglesia"
Madrid
El papa Francisco ha hecho un ejercicio inédito hasta ahora: reunirse con una decena de jóvenes con vivencias, puntos de vista e inquietudes muy distintos. Se ha reunido con ellos y ha respondido a todas sus preguntas, de tú a tú. De ese encuentro sale el documental titulado 'Amén, Francisco responde', que Disney+ va a estrenar la semana que viene, el 5 de abril. Lo dirigen los periodistas Jordi Évole y Màrius Sánchez, que han pasado por los micrófonos de la Cadena SER, en Hora 25 con Aimar Bretos.
Jordi Évole y Màrius Sánchez
Pregunta: ¿Qué buscabais con este documental? ¿Qué os lleva meteros hasta el fondo en este mundo de sotanas?
Respuesta: Teníamos la ocasión y vamos a tener la ocasión única de tener un acceso a un papa como el que el papa Francisco nos ha dado a nosotros. Hemos establecido con él una relación de confianza.
P: ¿Qué le habéis dado?
R: Yo siempre digo que lo que le hemos dado es mucha caña. Cuando le hemos ido a ver nunca hemos ido desde el lugar del beso del anillo. Hemos ido desde un lugar de tratarle de una manera muy normal. No te diré como a un párroco de barrio, pero a veces sí que hemos tenido esa actitud con él y de explicarle cómo veíamos nosotros la situación de la Iglesia, los conflictos internos que tiene la Iglesia con muchísimos temas. Y después de aquella primera entrevista que le hicimos en el Vaticano y después de una conexión que hicimos también con él, cuando estábamos encerrados en casa con la pandemia, se nos ocurrió la posibilidad de proponerle esta historia y para nuestra sorpresa nos dijo que sí. Enseguida.
P: ¿Se lo planteasteis a él directamente? Que no preparabais un documental desde la visión del beso del anillo.
R: Yo creo que él no necesitaba que se lo planteáramos. Yo creo que él lo agradece. Cuando de repente nosotros nos sentamos y le contamos lo que vamos a hacer y él enseguida dice que sí, nosotros también nos vinimos arriba y empezamos a decirle "ostras, pues yo quiero hablar del aborto, yo quiero hablar de abusos sexuales". Desde el primer momento yo creo que él sabe que eso no va a ser de repente una reunión de fieles, sino que va a ser algo más. Y yo creo que eso a él también le estimula.
Solo nos pidió en un momento que le pusiéramos a algún católico.
La mayoría de los de los participantes como mínimo beben del catolicismo o del cristianismo, pero sí que lo viven a veces de una manera o con conflicto. Con conflicto porque les gustaría que la Iglesia les aceptase de otra manera. Yo creo que el Papa, el hecho de jugar en campo contrario, que tampoco creo que esté jugando en campo contrario, pero creo que los líderes y él es un líder mundial, normalmente dan lo mejor de sí mismo cuando juegan en campo contrario. Cuando tú vas a una entrevista, pero tú ya sabes un poco lo que te vas a encontrar porque te van a hacer la pelota -y eso pasa con la política, pasa con el deporte y pasa también con la religión- esa entrevista va a tener menos trascendencia, seguro. Y, en cambio, cuando el político, el deportista, el líder espiritual, se atreve a ir al otro lado, yo creo que ahí gana. Ya sólo por el hecho de estar, ya gana. Él tuvo, no sé si la valentía o incluso la el punto comercial de decir no, sí, yo ya sé que en la COPE yo ahí la parroquia ya la tengo. De hecho, la Iglesia es una especie de multinacional con muchísimos años de historia y además con un logotipo muy reconocible. Seguramente el más reconocible que hay en nuestro mundo. La Iglesia se ha movido muy bien siempre en ese ámbito del marketing, de la comunicación. Lo que pasa es que últimamente lo están perdiendo. Hay alguien por ahí que dice "oye, o nos ponemos las pilas y nos incorporamos a nuevas formas de comunicar, a nuevas formas de contactar con nuestros fieles, o vamos a acabar muriendo de éxito".
P: La primera escena es el papa Francisco en un ascensor tomando un café. ¿Cómo ha sido grabar con él? ¿Qué es lo más os ha sorprendido de grabar con él?
R: Nos sorprendió sobre todo lo fácil que fue todo. Uno se espera de repente medidas de seguridad súperférreas que te revisan de arriba abajo. Un montón de asesores intentando parar todo lo que tú quieres hacer. De repente nosotros llegamos, hablamos con él y todo fueron facilidades. Es verdad que ese día habíamos quedado a las siete y él no se presentó hasta las ocho y ahí nos cagamos un poco.
(Évole) Yo aproveché para dormir y todo.
P: No me puedo creer que te durmieras. Iba a llegar el papa y tú dormido.
R: (Risas) Yo tengo narcolepsia además. Es algo que necesito de vez en cuando, o sea, prefiero aprovechar mis momentos muertos para dormir y estar mucho más despejado luego. También me pasó con Maduro, que también no estuvo mucho tiempo esperando en un cuartucho donde estaba todo el mobiliario del programa 'Aló, presidente', de Chávez. Yo me tumbé allí, con dos sillas, me hice un camastro y allí me dormí hasta que escuché alguien que dice "que viene el presidente" y ahí ya desperté. Pero lo necesito de una manera fisiológica, necesito pegarme esas mini siestas. Me vino bien que llegara tarde.
P: ¿Cómo fue el momento en el que llega?
R: Hay una primera parte del documental que está grabada en el Vaticano, con él solo. En sus espacios cotidianos, su habitación, su despacho, la sala donde se toma el café con leche, el ascensor, los pasillos. Él vive en una especie de convento que, para entendernos, podría asemejarse a un hotel. Un hotel con varias habitaciones y él tiene una habitación muy normalita, lo que sería una suite de un hotel con un espacio para la tele, para tener la mesa. Luego otro espacio para la habitación donde tienes la cama y otro espacio con un despacho. Sin ningún tipo de lujo. No había nada de opulencia.
Creo que se ha explicado que cuando él toma posesión del cargo renuncia a vivir en la residencia papal y se instala en Santa Marta, que es un poco la habitación de los invitados que tenían allí para todos los curas que venían un poco de paso. Lo que no sé si se había visto. Y es verdad que al principio del documental se le ve a él en sus aposentos.
Incluso se le ve, cuando nos trasladamos, le pedimos de hacer el encuentro con los jóvenes fuera del Vaticano y él aceptó enseguida y nos dijo y le propusimos un bar, un instituto y bueno, al final acabamos en una especie de co-work que hay a las afueras de Roma. Un minuto antes de irnos del Vaticano, y seguir el séquito del Papa, el director de fotografía, Paco, me dice 'Jordi, pídele ahora, a ver si nos podemos subir en el coche con él. Y le pedí y nos dijo que vale. Metimos ahí un cámara. Yo iba en el asiento del copiloto. Un conductor oficial del Vaticano y Paco Amate detrás con la cámara, en el asiento al lado del Papa. Yo le iba lanzando preguntas que no salen en el documental porque yo no aparezco en el documental, pero él va reflexionando a partir de lo que yo le voy diciendo. Cuando llegamos al co-work, que es un lugar bueno de gente alternativa, de mucho artista. Era chulísimo el sitio. Lo subimos a un montacargas. Él lo flipa, pero en ningún momento pone ningún inconveniente. Él nos ha remarcado que tiene la sensación de que ha tocado mucha realidad.
Más información
- "No me importaría": la inesperada confesión de Jordi Évole tras ser preguntado qué es lo que haría justo antes de morir
- Jordi Évole revela la razón principal por la que dejó 'Salvados': "Empezaba a no estar tan en forma"
- Jordi Évole se desploma en mitad de la grabación con Estopa: "Pensé te estabas poniendo tontorrón"
P: Lo primero que les dice a los chavales es si no les aburría que hablaran con un papa.
R: Nosotros teníamos mucho miedo de que los chavales, una vez tuviesen delante al papa, tuvieran ese punto de corte. Creo que fue el propio papa el que desactivó eso. El papa entró haciendo bromas. Los chavales se iban riendo y van cogiendo confianza y creo que acabaron diciéndole todo aquello que de alguna manera nosotros queríamos que le dijesen al papa, pero que no sabíamos si se lo iban a decir.
P: Y se lo dicen sin medias tintas, ¿cuál de sus respuestas os ha impactado más?
R: Yo creo que lo que va a llamar más la atención es lo rotundo que es cuando se posiciona en referencia a los abusos sexuales. En el documental hay una víctima de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, cuyo caso fue cerrado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, que es la institución que desde la Iglesia se ocupa de tocar estos temas y el `papa se comprometió -y sabemos que es así- porque después nos lo ha comentado, se comprometió a volver a abrir ese caso que estaba cerrado. Yo creo que ese es el momento culminante para mí, lo que hace que este proyecto valga la pena.
P: ¿Cómo preparasteis el casting? ¿De quién es la mente retorcida que le mete a una chica que hace porno al papa?
R: Ahí lo que buscábamos es que hubiese contraste, que siempre hubiese un punto de disruptivo entre lo que puede pensar el papa y lo que puede ofrecer. Lo que más nos ha sorprendido, al menos a mí a posteriori, es que nosotros le hemos ido a enseñar este documental al papa.
P: ¿Y qué os dijo?
R: Nosotros llevábamos un corte de programa muy ambicioso, donde no nos habíamos cortado en nada. Le dijimos: esto es lo que emitiríamos. Vamos a someterlo al criterio del papa y si él nos dice "oye esto, por favor, preferiría que no saliese". Vamos a respetarle, porque también hay un pacto de confianza y tampoco queremos que él acabe diciendo "joder, pues vaya, estos tíos me la han jugado". No tocó absolutamente nada. Lo podría haber hecho. Él nos tiene absolutamente ganados. Si él nos hubiera dicho que quitáramos algo, seguramente hubiéramos claudicado. No tocó absolutamente nada y eso creo que es inédito.
P: Y los diez chavales cuando salieron de allí, ¿con qué sensaciones se quedaron? ¿Qué os dijeron?
R: Los diez chavales fliparon. Hace poco ellos también lo han visto. Estaban encantados. Fueron procesos muy diferentes para todos.
P: Pero es que además le confrontaron.
R: Juan, el chaval que fue víctima de abusos sexuales en la iglesia. El día anterior nos reunimos con él y estaba temblando. Cuando Juan empieza a hablar, nosotros le notamos esa voz temblorosa que ya tenía el día anterior, cuando se pone a hablar no para. Además hace unos silencios que se cortaba el ambiente en ese momento. El programa había empezado con algún caso menos problemático, más hablando de inmigración, más hablando de problemas de salud mental. Y aparece Juan y cuando Juan dice: "Yo soy víctima de abusos sexuales por parte de un numerario del Opus Dei" hay un silencio. Los chavales no conocían su casuística entre ellos, no se lo habían contado. Cuando los otros escuchan que Juan ha pasado por ese infierno es un momento en que en esos momentos televisivos que dices "qué bien haber podido provocar esto".
P: ¿Qué le decís preventivamente a quienes van a decir -porque sabéis que lo van a decir- que esto un trabajo más para blanquear la figura del papa, que qué bueno es, qué progre es...?
R: Que lo vean y saquen sus conclusiones. El papa lo que tiene es mucha cintura. Ante situaciones, ante casuísticas que eran francamente desfavorables para el que es el máximo representante de la Iglesia, él sabe driblar muy bien y sabe poner las palabras que calmen, incluso ese testimonio que está dolido, que está abierto en canal y las sabe utilizar muy bien. En ese sentido, yo antes hablaba de la figura del párroco de barrio, pero me ha recordado a eso. Me ha recordado a lo a gusto que volvía mi abuela después de confesarse; y de alguna manera estos chicos que no iban a confesarse, pero sí que iban a decir cosas que igual nunca habían contado en público, yo creo que les tranquilizó. Se lo ha contado aquí al jefe de todo esto y me ha escuchado, me ha atendido, me ha tranquilizado. Tuvo en algunos momentos de mucha emoción para los chavales que estaban allí, palabras de mucha calma, de mucho sosiego, de decir: tranquilo, tú habla poco a poco, no te preocupes, respira, bebe agua. Estaba en un plan casi coach con los con los chavales. Y hay momentos en los que creo que cada país va a tener su su momento. Argentina, el momento en el que una chica católica le da al Papa el pañuelo verde que fue el gran símbolo de las movilizaciones para conseguir la legalización del aborto en Argentina. Ese momento en el que el Papa recibe y coge con su mano ese pañuelo verde, en Argentina va a ser revolucionario.
P: ¿Creeis que este papa es el que quiere la Iglesia? O que el progresismo quiere que tenga la Iglesia.
R: A los progres les gusta mucho este papa, pero creo que hay mucha gente dentro de la Iglesia que también les gusta este papa. En lo que es la jerarquía eclesiástica no sé si son mayoría los que los que están a gusto con este papa, por mucho que también durante este papado él haya puesto a gente de mucha confianza. Yo he notado varias veces que el papa está muy solo.
P: En Santa Marta, en las primeras secuencias, se nota que no hay nadie a su alrededor.
R: El día que vino a nuestra primera entrevista vino acompañado por una persona. No hay alcalde que no traiga al menos a cuatro y un fotógrafo. El papa vino con un señor, que era el responsable de la comunicación en el Vaticano. Esta vez ni eso. Esta vez a este señor ni lo vimos. Hay una cosa que nos explicó él, que a mí me hace mucha gracia. Nos contó que al principio, cuando llegó a vivir a Santa Marta, le horrorizaba que iba por los pasillos y nunca había nadie en los pasillos, nunca había nadie. Y un día salió de su habitación con un poco más de rapidez y de repente vio una señora que se escondía detrás de una esquina y fue para allá y le dijo "no se esconda si yo lo que quiero es ver a gente aquí dentro, no quiero que me tengan aquí protegido y que no haya nadie. Yo quiero poder hablar con la gente que está haciendo desde la limpieza hasta de camarera o camarero, hasta de guardia de seguridad". Nos pareció, eso sí, que tenía una relación muy especial con su gente de seguridad.
Víctor M. Olazábal
Subdirector de Hora 25. Antes fue corresponsal...