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Captadores de ONG, una realidad laboral invisible: "A partir de un objetivo mínimo empiezas a comisionar"

El ‘face to face’, como se conoce a la captación de socios para las organizaciones no gubernamentales, esconde unas condiciones laborales complejas y difíciles de controlar

Captadores de ONG, una realidad laboral invisible: “A partir de un objetivo mínimo empiezas a comisionar”

Captadores de ONG, una realidad laboral invisible: “A partir de un objetivo mínimo empiezas a comisionar”

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Madrid

Con frío, con calor, llueva o truene. Los captadores de ONGs son esos chicos y chicas, normalmente jóvenes y extrovertidos, ataviados con un chaleco y una carpeta con el logo de ACNUR, de Cruz Roja, de Médicos sin Fronteras o de tantas otras. Llevan muchos años siendo un elemento más del mobiliario urbano. Para la mayoría son solo un obstáculo en nuestro camino, una molestia en nuestra prisa por llegar a algún sitio a hacer cosas muy importantes. Pero, detrás de todo eso, hay una realidad laboral complicada.

La inmensa mayoría de las ONGs ofrecen contratos por comisiones y objetivos. Es decir: los captadores parten de un sueldo base (normalmente bastante alto, entorno a los 700 euros al mes por media jornada) que aumenta a razón de los socios que cada trabajador consigue captar para su organización, y de la cantidad mensual que dicho socio decide aportar. Además, por lo general, cada captador debe lograr un número mínimo de socios para conservar su puesto de trabajo. En caso contrario, acaba siendo despedido.

“Tú trabajas cuatro horas al día y cinco días a la semana. Tienes un sueldo base y vas comisionando en base a los socios que captas”, explica María Riezu. María tiene 23 años, es estudiante y fue captadora para Aldeas Infantiles durante tres meses. Pablo Hermida, de una edad similar, ha trabajado captando socios para dos ONGs y su experiencia es relativamente positiva: “A partir de un objetivo mínimo, que es lo que permite que sigas currando, empiezas a comisionar”, añade.

Ofertas con rangos muy amplios

Ambos encontraron este trabajo en InfoJobs, el portal de empleo más utilizado de internet. En una búsqueda rápida, poniendo las palabras "captador de ONG", aparecen alrededor de 90 ofertas en toda España. En muchas de ellas no son las propias ONGs las que ofrecen el trabajo, sino agencias externas que después subcontratan las organizaciones. Todas son muy parecidas: se pide capacidad comunicativa, trabajo en equipo, tolerancia a la frustración... Y lo que más llama la atención son los enormes rangos del salario que se anuncia. En alguna de estas ofertas, el salario va desde los ocho mil hasta los cincuenta y cuatro mil euros anuales. Y es precisamente por eso, por las comisiones. Lo confirma Paula, que fue captadora de ACNUR: “Tenías un mes de periodo de prueba en el que tenías que hacer, como mínimo, un número de socios cada semana para pasar a la semana siguiente”.

El problema aparece cuando esos objetivos que se les exigen a los captadores para conservar su trabajo, o para que este les salga rentable, son casi imposibles de conseguir. ¿Son realistas estos objetivos? Esto dicen los captadores y ex captadores con los que hemos hablado. Pablo: “No, la verdad que no, me parece bastante complicado”. Paula: “Creo que depende mucho de las habilidades de cada persona, pero para los primeros meses sí que me parece bastante excesivo”. María: “Sí que es bastante asequible, pero sí es verdad que eres una persona que está buscando trabajo para ganar dinero porque lo necesite, y tampoco estás muy metido en la movida, es muy complicado”.

¿Objetivos realistas?

Esto lo que provoca es que muchos captadores pasen en la calle más horas de las estipuladas para lograr esos objetivos. También una altísima movilidad en el sector, y que muchos de los captadores sólo permanezcan dos o tres meses en su puesto. No cuesta encontrar reemplazo porque el sueldo, a priori, es bueno, y jóvenes dispuestos a sacarse un dinero los hay a patadas. Pero, ¿es ilegal plantear un contrato con objetivos inalcanzables? “Nada impide que una empresa condicione la duración de un contrato a una condición. Los límites están, más bien, en que sea realista. Si te exijo cien, y la media que se está haciendo, son ocho, no es real y se entiende que es un abuso de derecho”, sostiene Juan Ignacio Gutiérrez, abogado experto en derecho laboral.

Esto, de hecho, ha pasado. En 2020, el Tribunal Supremo condenó a Médicos sin Fronteras, tras cinco años de periplos judiciales, por incluir cláusulas abusivas en los contratos de sus captadores de socios. Nos lo cuenta Jesús Mouzo, uno de los trabajadores afectados y miembro de CNT Santiago, organización que se personó en la causa: “El Tribunal Supremo vino a decir que esta cláusula era abusiva porque no se tenían en cuenta las condiciones de prestación de servicio, más que nada porque eran abusivas, por irrazonables, y de imposible consecución”.

La asociación que vigila a las ONGs

Pero, ¿no hay un organismo, al margen de la ley, que controle las condiciones laborales de los captadores? Pues sí lo hay: la Asociación Española de Fundraising. Es un organismo al que están adscritas casi todas las ONGs. Cuenta con un observatorio, un código ético y un manual de buenas prácticas. ¿Cómo puede controlar la Asociación Española de Fundraising a las ONGs? Fernando Morón es director gerente de esta asociación, que vela porque las organizaciones cumplan la legislación laboral en lo que respecta a lo contratación de los captadores, entre otras muchas cosas. “Nosotros obligamos a que esos contratos estén dentro de la legalidad, y cuando no están dentro de la legalidad, intervenimos. Pero no somos la patronal ni la inspección de trabajo”, explica.

En palabras de Morón, las condiciones laborales de los captadores han mejorado notablemente desde la creación, en 2017, del observatorio. Pero, ¿qué dicen las ONGs? Hemos contactado con varias, y todas han querido dar su versión a excepción de Cruz Roja. “Yo no he visto nunca ninguna situación en la que los objetivos fueran irreales”, cuenta Joshua Ortega, de Save The Children, “también es verdad que cuando te cuentan cómo es el trabajo, aceptas o no las condiciones”. Samuel Martín, de ACNUR, añade que, de no cumplirse los objetivos, el despido tampoco es fulminante: “Si no llegasen a esos objetivos mínimos, no los liquidamos de la noche a la mañana, sino que nos ponemos a hacerles un seguimiento especial”. David Monllau, de Médicos sin Fronteras, sostiene que este tipo de contratos son necesarios para su solvencia: “Nos sirve para proteger a la organización y asegurar la campaña”.

Tanto la Asociación Española de Fundraising como los departamentos de marketing y captación de fondos de las organizaciones velan por las condiciones laborales de estos trabajadores, aunque la temporalidad sigue siendo muy alta, y muchos captadores abandonan el puesto al poco de empezar. Son, en definitiva, otro elemento del mobiliario urbano que, como los demás, tiene una historia y una realidad detrás.

 
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