Lo que el vinilo ha unido que no lo separe el streaming
Los datos del año 2022 lo dejan claro. En nuestro país se han producido más de 72.000 millones de escuchas en plataformas digitales, lo que supone un 16% más que el año anterior. La música en streaming supone ya el 85% del total de la actividad y las compañías discográficas se agarran al nuevo fenómeno para dar por superada la crisis de la piratería que a comienzos de siglo amenazaba su supervivencia. Sin embargo, sigue también creciendo la venta de vinilos, que el año pasado aumentó un 6% hasta llegar a 1’7 millones de ejemplares
Lo que el vinilo ha unido que no lo separe el streaming
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Madrid
“El modelo del streaming lo pone tan fácil, es tan barato y tan universal, que es un impulso muy fuerte para que la gente acuda a estos sistemas para para consumir música de forma legal, con lo que efectivamente ha sido la última disrupción que del mercado de la música y nos ha ayudado en la transformación”, comenta Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.
El dirigente de la asociación que representa el 95% de la música que se comercializa, edita y distribuye en España, advierte de que el siguiente gran cambio puede haber empezado ya, y señala al consumo de pequeños fragmentos de canciones que ya se está haciendo popular en alguna redes sociales: “Al principio se decía que estos vídeos cortos te llevaban a incrementar el consumo en plataformas en las que tienes la canción entera, pero nos estamos empezando a dar cuenta de que a lo mejor a la gente le basta con eso 40 ó 50 segundos”. Con todos estos datos no sorprende que las compañías discográficas ahora prefieran ser llamadas compañías productoras de música. Sin embargo, aún fabrican discos; cada vez más.
En España, hasta hace unos años, no había ni una sola fábrica de vinilos. Los grupos, en su mayoría independientes, que querían publicar un disco en ese formato tenían que recurrir a empresa de la República Checa o Alemania. Ahora hay tres. Eugenio López es uno de los fundadores de Mad Vinyl: “Al final cuando te gusta algo quieres tenerlo en formato físico, y ahí, el vinilo es la obra de arte de la música”. Cada disco que se hace en esta nave de Algete, a las afueras de Madrid, tiene algo único, nos comenta mientras nos enseña la caja del último trabajo de Vetusta Morla o un ejemplar de Mayéutica: “Este disco de Robe es doble, a tres caras, y la última está serigrafiada pero no lleva música; este disco fue una pasada para nosotros”.
El sueño de un chaval que se pasaba los fines de semana comprando vinilos en el centro de Madrid y con 15 años acabó pinchando en la discoteca Pachá para tener acceso a más discos, se ha podido hacer realidad gracias a que, viendo el boom del vinilo en el mundo, una empresa sueca volvió a fabricar las máquinas necesarias. “Varias veces tuve la oportunidad de comprar aquí máquinas antiguas, pero la calidad era un desastre, máquinas viejas sin mantenimiento que prácticamente estaban para repuestos o para chatarra”. Hoy pueden llegar a sacar 3.000 ejemplares al día.
En Marilians Records conocen bien el trabajo de Mad Vinyl. Esta tienda de discos abrió en el centro de Madrid en el año 2019 con una idea muy clara: “El CD se sigue vendiendo, pero nosotros creemos que quien consume música en físico, consume vinilo Es el formato por el que hemos apostado y la verdad es que estamos bastante contentos”, explica Dani, uno de los fundadores. Para él, el streaming es una herramienta de trabajo muy útil: “Yo antes de traer a la tienda cualquier disco lo escucho ahí, eso me hace conocer la música y pode recomendar o no, creo que es totalmente compatible” explica. “Aunque consumir en vinilo es una manera distinta de escuchar la música incluyendo el ritual de sacar el disco, levantar la tapa, limpiar la aguja, sentarte en el sofá de tu casa y escuchar un disco completo con una carpeta en la que vas viendo las canciones y la historia que te cuenta el artista”.
Su otra gran apuesta es el contacto directo entre los compradores y los artistas, lo que explica la presencia dominante en mitad de la tienda de un sofá. Desde ese sofá, no hace mucho que Zahara vio cómo cerca de 80 personas tirada por el suelo aplaudían tras escuchar la presentación de cada una de las canciones de su nuevo disco, o que el cantante de Carolina Durante pidió una guitarra para improvisar un concierto acústico casi a media noche tras pasarse horas firmando discos sin parar. “Las últimas 20 personas se llevaron uno de los regalos de su vida, con cosas que te hacen decir ‘qué suerte tengo de tener una tienda de discos”, son cosas maravillosas que nos hacen sentirnos super felices y afortunados de tener un rincón así en Madrid”.
Esa fuerte conexión que están creando con los artistas, se traslada también a los clientes. “La primera vez que entré en la tienda me recibieron con una amabilidad increíble, y en la primera conversación que tuve con Dani acertó de lleno con su recomendación”, recuerda Carlos, uno de los habituales. “Me dije ‘esta es mi casa’”. Con el tiempo esa relación ha ido cada vez a más: un día se fueron a tomar algo al cerrar, otro quedaron para un concierto… “Ya es una cuestión de amistad y yo estoy eternamente agradecido de haberme encontrado a gente así por sorpresa, son cosas que no te pueden pasar en una plataforma”. Lo que el vinilo ha unido, que no lo separe el streaming.
Antes de la tienda, Dani y Miriam, una de sus socias, ya tenían un medio digital sobre música que aún mantienen activo: Marilians Magazine. Entre los discos que destacaron como los mejores del año 2021 estaba “El Largo Mañana”, de Rufus T. Firefly. Su guitarrista, Víctor Cabezuelo lamenta que el modelo del streaming sólo esté funcionado bien para las grandes compañías: “Una escucha en Spotify para nosotros supone como 0,024 céntimos. Nuestro disco más escuchado es Magnolia, con 10 millones de visitas; una vez hicimos la cuenta y nos salía que tocábamos cada miembro del grupo a 80 euros al mes por un trabajo que tiene ya 6 años”. En todo caso, admite que “hay que subirlo porque si no parece que no existes, pero no hay esperanza en que eso te vaya a dar dinero, es como que ya se ha asumido como esa dinámica que la música es gratis”.
Esa sensación de estar ante una situación injusta pero inevitable la comparte también Albert Costa, portavoz del Sindicato de Músicos de Cataluña y trombonista en Hip Horns Collective Band: “En el fondo a mí que la gente escuche mi música gracias a Spotify es evidente que me interesa, no voy a ser tan cerrado porque es imposible que la gente que nos escucha ahora mismo en México o en Estados Unidos lo hubiera hecho llegando sólo a través de vinilo; no es tan fácil la dicotomía entre todo físico o todo streaming, es un poco complicado”.
Tampoco es fácil si hablamos de libros, series o película, pero como apunta Víctor Cabezuelo, en el caso de la música ha ocurrido algo sorprendentemente que todo el mundo parece dar por válido: “Me resulta muy curioso cómo se ha montado todo esto porque no hay ninguna otra cosa que no sea la música que se haga así; tú no puedes pagar 9 euros al mes y tener todos los libros del mundo, o todas las películas del mundo, o todas las series del mundo. Cada plataforma tiene su catálogo que compra directamente a los autores o a las productoras; pero en esto de la música es como que tienes que estar agradecido, es muy raro, y nadie se percata eso pero es muy evidente”.
Rafa Panadero
Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...