"Muchas trabajadoras del hogar nos llegan en condiciones de verdadera esclavitud": la condena de trabajar sin contrato
En el Día Internacional de las Empleadas del Hogar, trazamos una radiografía de los retos del sector
"Muchas trabajadoras del hogar nos llegan en condiciones de verdadera esclavitud": la condena de trabajar sin contrato
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Madrid
Hay días en los que Elisabeth pierde la cuenta de las veces que abre y cierra puertas de casas. "Tienes que hacer 2 ó 3 horas en una casa y salir corriendo al otro", explica. Ella trabaja por horas limpiando en cuatro casas diferentes para ganar de 8 a 12 euros la hora. En total un mes bueno saca unos 1.300 euros y trabaja sin contrato: "Me vendría muy bien para el paro, la jubilación... muchísimas cosas", lamenta.
En octubre las empleadas de hogar empezaron a cotizar para desempleo, las primeras lo empezarán a cobrar el octubre que viene. Pero como Elisabeth aún hay 200.000 mujeres que se estima que trabajan sin contrato. Dadas de alta en la Seguridad Social hay casi 380.000. Pero ella tiene suerte, porque sus empleadoras, como Mary, quieren que regularice su situación: "Creo que es mi obligación, que hasta ahora no la he cumplido, pero creo que es lo obligatorio que tengo que hacer como persona que está contratando algo".
Elisabeth lleva 6 años trabajando en casa de Mary y ya "es de la familia": "Tendría que estar dada de alta igual que estoy yo en mi trabajo y es súper importante que estos derechos se reconozcan porque siempre ha sido un colectivo muy apaleado el de las trabajadoras del hogar". Rafaela Pimentel lo sabe bien. Desde su plataforma, Territorio Doméstico, tratan a diario con ellas: "Muchas trabajadoras del hogar nos llegan en condiciones de verdadera esclavitud. Muchos empleadores no valoran ni respetan los derechos".
En Territorio Doméstico reclaman que se avance en derechos como un reconocimiento de las enfermedades profesionales: "Lumbalgia, hernias discales, manguitos y tendones rotos... y que se sigan poniendo como enfermedades comunes es una falta de respeto a este sector, que somos las que estamos sosteniendo un sistema de cuidados que no existe en este país", sentencia Pimentel. Un país —dicen— al que aun le falta un derecho al cuidado digno, público y comunitario.