El Gran Wyoming, sobre su primer encuentro con Tamames: "Iba de 'Es buena época para ser del Partido Comunista pero el futuro está en la banca' ”
El presentador del 'El Intermedio' arrasa en el reto de 'A las Bravas' con mensajes nada indiferentes
Madrid
Son 17 años al frente de 'El Intermedio'. Muchos se han criado con él en las pantallas de televisión y todavía sigue ahí. Quién le diría que tras casi dos décadas jugando con el humor ácido tendría que pasarse al picante y ser entrevistado por Raúl Pérez, con quien también trabaja en su programa.
Todos esos años al frente de su programa pudieron ser menos, ya que ha admitido en más de una ocasión que el pretendía jubilarse: "Me llamaron para reunirse conmigo y ofrecerme lo que fuera para quedarme". Con la mirada puesta en la cámara, ha querido dar un consejo: “Tengo una frase para todos los españoles, ahora que estoy prejubilado: Tengo que solucionar mi vida. Cuando tengas la soga al cuello, dilo. Ahora estoy en un estado de felicidad impropio”.
“Este programa me ha hecho un ser feliz. Este programa es la panacea a la que puede aspirar cualquier ser humano y hay que ser consciente de ello. No pego ni sello, me pagan un zurrón y tengo un equipo que es inmejorable mejorando lo presente”, ha comentado con un claro gesto hacia Raúl Pérez.
Los inicios del presentador de 'El Intermedio' no fueron en la televisión, sino en la música. En su juventud tuvo una carrera musical que lo llevó a conocer mundo y muchas personas. Uno de sus grandes viajes fue a la ciudad de Ámsterdam: “Conocí la ciudad antes de entrar en la facultad, con 17 años. No sabía que era el hachís ni esas cosas. A mí me gustaba la guitarra. Pero cuando caí ahí es como meter a Marisol en mitad de un akelarre. Tuve un éxtasis de felicidad. Vine transformado y nunca volví a ser el mismo”.
La guitarra también le dio la oportunidad de conocer a una persona protagonista en la agenda política más reciente: Ramón Tamames. El que hasta hace semanas era el candidato a la presidencia en la moción de censura propuesta por VOX irrumpió en el pasado de Wyoming: "Era el primer festival Rock Villa de Madrid. Lo curioso de todo esto es que el premio me lo dio Tamames. Ya pisaba raro el tío porque lo poco que hablé con él me dio una chapa sobre Estados Unidos... Yo pensé: '¿Y este capullo no es del partido comunista?' "
Sin duda, una de las grandes anécdotas de su vida fue con el cantante y humorista Pablo Carbonell, con el que mantiene una amistad de años. Algo difícil de creer cuando escuchas la historia de cómo se metió en su casa durante meses y no quería irse: "Pablo Carbonell no se iba de casa porque no encontraba una razón por la que el tipo que vivía ahí le dijera que se marchara. Me los encontré en un bar en Sevilla cuando estaban empezando él y Pedro Reyes. Ellos estaban buscando sitio y yo me ofrecí a ayudarlos a encontrar un bar. Pues se presentaron en mi casa”.
Lo que pudo ser una estancia temporal a modo de favor se convirtió en un suplicio para él y la que entonces era su pareja: “Nos fuimos un puente. Le dije que en la casa no podía entrar nadie. Cuando volvimos casi no podíamos abrir la puerta. La casa era como la de ‘Resacón en las Vegas’. Cuando fui a echarlo me decía que tendría que haber estado en ese fiestón, que había mucha gente, muchas pavas... Me dijo todo eso delante de mi propia mujer". No obstante, entre risas, ha remarcado que “hemos estado toda la vida juntos y seguimos”.
Pedro Pérez Perea
Periodista con vocación internacional tras la...