"Con candados, los dejaron ahí como animales": el testimonio de la amiga de uno de los muertos en el incendio de un centro de migrantes en México

Juliani López llegó a la frontera con Estados Unidos después de un viaje de ocho meses acompañada por Orlando, venezolano de solo 26 años, que acabó retenido en el centro incendiado el martes, donde murió.

El centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez ardió por una protesta de los internos tras la que los guardias no quisieron abrir las puertas de seguridad. 39 personas murieron, la mayoría procedentes de Guatemala (18), siete de El salvador, siete de Venezuela, seis de Honduras y uno de Colombia, según las autoridades mexicanas.

Tres días después de la tragedia, nadie ha explicado a Juliani ni a la familia del joven lo que ha sucedido.

Desde las oficinas de Migración en Ciudad Juárez, Juliani nos cuenta que están “pidiendo justicia”, y denuncia que “les tratan como basura”. Una mujer, dice, llegó a su casa a quitar sus carteles y llamarlos “marginales”.

El suceso del martes lo recuerda como algo espantoso. Ella no estuvo en el incendio, estaba en otra habitación. “Yo dejé a mi amigo ahí. Estuve ahí metida, pero salimos ese mismo día, me soltaron y yo me fui a mi habitación. Nunca me imaginé que iba a pasar todo eso”, lamenta.

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Al llegar a Ciudad Juárez, tanto ella como el resto de migrantes fueron retenidos. Ella pudo salir porque iba con sus niños, pero Orlando se quedó encerrado en el centro porque no tenían vínculos familiares.

En el centro, nada más entrar les despojaron de todas sus pertenencias y hasta los cordones de los zapatos y los encadenaron, asegura la amiga de la víctima, que duda del origen del fuego, ya que los migrantes no tenían con qué iniciarlo.

Además, lamenta que tantas muertes pudieran haber sido evitadas si el personal de seguridad hubiera dejado salir a la gente. Juliani recuerda que “hay un vídeo donde ellos están gritando que los ayuden porque se estaban quedando sin oxígeno. Y, ¿qué hicieron ellos? Los dejaron ahí. Pasaban por al lado con candados y los dejaban ahí como si fueran unos animales”.

Juliani se enteró del incendio a la mañana siguiente a través de las noticias. Sacaron a los fallecidos, pero ella sigue aún buscando el cuerpo de su amigo, cuyo nombre vio aparecer en una de las listas de fallecidos.

Los dos venezolanos, Orlando y Juliani viajaron a Ciudad Juárez con la intención de llegar a Estados Unidos. “Salimos del país y buscamos futuro. Vimos esta oportunidad que pensamos que era un sueño americano y lo que es una pesadilla”, dice.

Orlando tenía un niño de seis años que dejó en Panamá con su esposa. Su amiga lo describe como “un muchacho muy humilde”. Era mecánico y con un gran futuro por delante, subraya.

De las autoridades no ha recibido aún ninguna explicación sobre lo ocurrido. Esperando que los culpables paguen por la tragedia, por el momento solo cuentan con el testimonio de quienes sobrevivieron. 29 personas están hospitalizadas.