Trump, imputado por lo más cutre

Madrid

De todas las investigaciones que Trump tiene abiertas en su contra ha terminado procesado por la causa aparentemente más irrelevante y cutre como es el pago a una actriz porno a cambio de su silencio, algo que es legal en Estados Unidos pero no si lo haces con dinero de tu campaña electoral y si intentas ocultarlo en la contabilidad de tu empresa.

Ya le ocurrió a Al Capone cuando fue procesado por temas fiscales y no por sus crímenes. El expresidente de Estados Unidos tiene dos investigaciones federales abiertas por los documentos confidenciales que se llevó de la Casa Blanca y le encontraron en su residencia de Mar-a-Lago y, sobre todo, por su implicación en el asalto al Capitolio.

También le investigan por intentar alterar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en el estado de Georgia y tiene varias causas abiertas por fraude fiscal que se iniciaron en 2018 cuando se comenzó a investigar las cuentas de su emporio en busca de vínculos con el Kremlin (lo que entonces se llamó "la trama rusa").

Fue ahí donde los fiscales detectaron esos pagos a una actriz porno a través de su abogado Michael Cohen, que ya cumple condena por ese caso y cuyo testimonio ha sido determinante para procesar a Trump. Simplemente, este caso ha sido el primero en prosperar pero la decisión del gran jurado de Nueva York rompe un tabú: el de la imputación de un presidente, algo que puede animar al resto de fiscales y jueces en el resto de procesos.

Otra cosa es cómo lo vaya a intentar capitalizar Trump, que en los últimos días ha expresado su intención de mostrarse esposado ante las cámaras, cuando tenga que acudir al tribunal de Nueva York para que le tomen la foto y las huellas dactilares, y cómo vaya a manejarlo el Partido Republicano que tiene en Ron de Santis una posible alternativa.

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