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La lluvia ayuda a controlar el fuego en Asturias tras quemar 11.000 hectáreas

Los efectivos de la UME y equipos de apoyo de otras comunidades dejarán de formar parte de un operativo que ha llegado a estar conformado por más de 800 personas

Un helicóptero realiza labores de extinción en los incendios de Asturias / Europa Press News

Madrid

Las lluvias y el cambio de dirección del viento han contribuido este sábado a hacer frente a la oleada de incendios en Asturias, la peor desde 2017 tras haber quemado ya unas 11.000 hectáreas, y reducir a una veintena el número de focos, ya estabilizados.

La mejoría de la situación ha llevado al Gobierno del Principado a rebajar a fase 1 la situación de emergencia del Plan Especial de Protección Civil por Incendios Forestales (INFOPA), al no haber en estos momentos peligro para las personas y sus bienes.

Esta oleada, que comenzó hace diez días, ha quemado ya unas 11.000 hectáreas según las primeras estimaciones, sólo por detrás de las registradas en octubre de 2017 y diciembre de 2015, cuando quedaron arrasadas cerca de 13.000 y más de 16.000 hectáreas, respectivamente.

De este modo, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y equipos de apoyo de otras comunidades desplazados al Principado para colaborar en las labores de extinción dejarán de formar parte de un operativo que ha llegado a estar conformado por más de 800 personas en los últimos días.

La región, que ha sufrido hasta 135 fuegos de manera simultánea, contabiliza 22 focos, y solo se está trabajando en los de Piñera de Arriba, en Lena; en Naraval, Rañadoiro y Casa Ríos, en Tineo; y en Bustefollado, en Villayón.

En el resto de incendios irán siendo revisados y vigilados por agentes del Medio Natural y Bomberos de Asturias, según la última información facilitada por el Servicio de Emergencias del Principado (SEPA).

Además, el puesto de mando avanzado ya se ha retirado del municipio de Valdés, el concejo más afectado por la virulencia del fuego, y ha regresado a la base en La Morgal ante la mejoría de la situación.

El fuego se ha cebado especialmente con la zona occidental de Asturias, donde han llegado a evacuarse a cerca de 400 personas y se han quemado construcciones, como cabañas y hórreos, pero no residencias habituales, según el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA).

En este contexto, el Gobierno asturiano acelerará la concesión de ayudas a los afectados y pedirá que el Principado, "o al menos las zonas con mayor afectación", sean declaradas zona catastrófica.

 
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