Maite, la dueña del ultramarinos que implantó la cesta de productos básicos: "Quisimos demostrar que Yolanda tenía razón"
Esta pequeña empresaria, que regenta junto a su marido un supermercado en el barrio de Benimaclet, realizó durante el acto de Sumar un férreo alegato en favor del comercio local y de la figura de Díaz
Madrid
Maite Navarro, que regenta desde 1997 el supermercado de barrio que montaron sus padres, vende diariamente verdura y fruta fresca, embutidos, salazones, encurtido, fiambres a sus vecinos. Con el precio de los productos de la cesta de la compra disparados, la inflación haciendo mella en las economías familiares, Navarro decidió poner en práctica la cesta económica de productos básicos que propuso en septiembre la vicepresidenta del gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Maite subió al escenario del madrileño polideportivo de Magariños para contar su historia. "Tenemos una tienda de ultramarinos en Valencia, en el popular barrio de Benimaclet", comenzó explicando. Seguidamente, recordó cuando en septiembre del pasado año la líder de Sumar lanzó la iniciativa, tras su implantación en Francia, de crear una cesa básica de alimentación con el objetivo, según señaló, de "proteger el poder adquisitivo de las familias trabajadoras". "Mi marido y yo quisimos demostrar que Yolanda tenía razón, que lo que decía era de sentido común y lo que proponía era posible", defendió esta mujer valenciana.
Por ello, crearon una cesta con leche, huevos, legumbres, aceite, arroz, fruta y verdura. Meses más tardes, "puedo deciros que ha sido todo un éxito". Personas del barrio y de localidades cercanas acudían a comprarla. "Estamos muy contentos de poder ayudar, es muy gratificante", confesó.
Maite Navarro recordó, además, emocionada, cuando durante la entrevista de la SER en que contaban los detalles de su iniciativa, la propia Yolanda Díaz entró por teléfono en directo en la antena y les felicitó: "Fue como un subidón de adrenalina", señaló.
Esta trabajadora cerró su intervención en la puesta de largo de Sumar realizando un alegato en favor y en defensa del pequeño comercio de cercanía. "Los pequeños comercios también queremos aportar nuestro granito de arena para construir un país más justo, que garantice un acceso diario a una alimentación sana, rica y sostenible" como piedra angular de una sociedad española justa, "con independencia del código postal de las personas".
La pequeña empresaria no dudó en definir los establecimientos del comercio local con las siguientes palabras: "Confianza, cercanía, calidad, asesoramiento y trato familiar. Lugares de encuentro que crean comunidad, que ayudan a los vecinos a no sentirse solo". El dinero que los consumidores invierten en un comercio local "sigue circulando por el barrio contribuyendo a la mejora de nuestro entorno", advirtió ante un auditorio abarrotado con la presencia de alrededor de 3.000 personas.
Navarro lanzó un dardo para visibilizar lo que supondría el fin del comercio pequeño y local para las poblaciones de todo el país. "¿Qué os parecerían vuestros barrios, pueblos y ciudades sin el pequeño comercio? Con calles vacías, con menos iluminación y seguridad", cuestionó de forma retórica. Según su propia experiencia, los minoristas, frente a sus principales competidores, apuestan "por productos locales, frescos y de calidad" porque son los que ellos mismos comprarían.