"Si te toca un molino te ganas la lotería": así conviven los pequeños pueblos con los parques eólicos
Durante los últimos años los pueblos de Aragón que no superan los 3.500 habitantes se han beneficiado, como decía Don Quijote de la mancha, de los grandes. Aquellos molinos de viento que se ven en las carreteras rumbo a Zaragoza, Madrid o Valencia, y que ocupan 53 mil hectáreas en todo el territorio español
"Si te toca un molino te ganas la lotería": así conviven los pequeños pueblos con los parques eólicos
Madrid
El mayor beneficio de los parques Eólicos se ve reflejado directamente en el bolsillo de los habitantes de los pueblos o comarcas de la zona, por ejemplo de Mallén y Frescano. Lourdes Sánchez responsable de la Estanca explica que "los días que ha soplado mucho viento el precio de la luz ha bajado, cuanto más energía renovable este entrando, la luz baja notablemente, ese es el mayor beneficio".
Pero además de los euros de diferencia en la factura de la luz, el alcalde de Frescano, Jorge Cuartero, nos cuenta que han logrado congelar los impuestos de su pueblo por cuatro años consecutivos y también se han permitido "la renovación de todo el alumbrado público y las tuberías de agua potable, ampliación de servicios de deporte y rehabilitación de edificios municipales".
El Ayuntamiento de Mallén recibe aproximadamente 90 mil euros por instalar el parque eólico en sus tierras, adicional a lo que cada ganadero y agricultor puede ganar con, lo que ellos definen, el premio gordo. "Si te toca un molino, pues te ganas la lotería, se tienen unos ingresos extras que cultivando trigo no los vas a tener", explica el Alcalde de Mallen, Ignacio Ordóñez.
Ingresos extra como los que han recibido Julio y Martín Serrano, padre e hijo que se han dedicado a la ganadería por más de 15 años y que no se han visto afectados por los grandes molinos de viento, dicen que las más de 40 vacas que tienen en el terreno "no ha tenido un cambio brusco, ni tampoco se han notado un cambio en el campo en el que viven". Sin embargo, no todos los ganaderos coinciden, algunos de ellos no están de acuerdo con la repartición del terreno, y hablan incluso de que "ya vienen amañados, ponen uno encima de la finca, al otro lado, y que le caigan los dos al mismo es que hay algo ahí".