Ben Affleck y Matt Damon aprenden de Michael Jordan y desafían las normas empresariales de Hollywood
La pareja de actores regresa con una nueva productora y con 'Air', una película sobre el negocio del marketing y el baloncesto
Madrid
Ben Affleck y Matt Damon son dos estrellas extrañas en Hollywood. Actores guaperas de jóvenes, se empeñaron en escribir sus propios guiones para tener mejores papeles y contar mejores historias. Así es cómo se convirtieron en los más jóvenes en ganar el Oscar a mejor guion gracias a El indomable Will Hunting. Amigos desde hace más de cuarenta años, colaboradores, ahora han creado una productora, una empresa que pretende hacer frente a los estudios con algo que en Estados Unidos debe sonar a marciano, el reparto de beneficios y ganancias entre todos los trabajadores implicados en una película.
La gracia está en que la primera producción que saca su empresa, Artist Equity, es nada más y nada menos que Air, el retrato de cómo un jugador de baloncesto cambió las reglas del capitalismo en los noventa, quedándose él la plusvalía que sus jugadas generaban y no las empresas de zapatillas como Nike. "Creemos que hay mucha gente involucrada en el proceso de rodaje que ha sido infravalorada", reconoce Matt Damon en una entrevista en la SER. El actor es el protagonista de Air, y ha escrito el guion junto a Affleck, que dirige el filme y que se ha reservado un papel cómico y curioso, el del CEO de Nike, Phil Knight, en aquellos años, en 1985.
"Ese grupo de empresarios tenía algo de revolucionario, porque Nike era una empresa por aquel entonces fuera del mundo. Y realmente pensaban de manera diferente acerca de algunas cosas", explica Matt Damon sobre ese grupo de jóvenes que tenía una filosofía diferente a marcas como Adidas o Converse, que eran las que lideraban el mercado. Mientras Nike se quedaba atrás apostando por ideas extravagantes, como muestra la película. "Creyeron en que era apropiado compartir las ganancias con la persona que estaba creando el valor, lo que estamos haciendo en la empresa que Ben y yo estamos creando. Es la misma filosofía".
Air no es una película sobre Nike, tampoco sobre Michael Jordan. Ni un retrato de los años ochenta y noventa. Todo eso está en la historia, pero el filme va más allá. Es un retrato de las contradicciones del capitalismo y de el campo de acción en el que los trabajadores pueden dar la batalla dentro de un sistema que no tiene fin. En realidad, todo el cine de Ben Affeck tiene algo de lucha contra el capitalismo, sin subrayados políticos ni grandes aspavientos, pero la clase obrera está ahí y la decepción con el sueño americano se cuela en sus guiones.
Para Affleck, uno de sus directores favoritos es Paul Thomas Anderson, quien le ha devuelto los elogios al ver Air. La historia de cómo la madre de Michael Jordan consiguió el mejor contrato posible para su hijo cambiando en un futuro las leyes del marketing deportivo en Estados Unidos. Una mujer negra, sin estudios, en una reunión de hombres blancos, ricos y poderosos. Esa mujer negra es Viola Davis. Fue el propio Michael Jordan quien le sugirió el nombre de la actriz a Affleck. "Necesitaba tener la aprobación y el respecto de Michael Jordan. Si me hubiera dicho que no quería que yo hiciera la película, no la hubiera hecho. Tuve la oportunidad de hablar con él y le pregunté cosas importantes de su vida. Él me dijo algunas, pero sobre todo, la importancia de su madre. Me dijo que tenía que conseguir a Viola para ese papel", nos cuenta el director y actor.
Michael Jordan no aparece en el filme. No tiene rostro. Siempre le vemos de espaldas. No habla. "Es tan grande, es tan importante. Es tan magnífico, que no hay un actor en el mundo que pudiera convencer al público de ser Michel Jordan. Y eso podía hacer que la película fuera una mierda", suelta Ben Affleck en un perfecto español. Sin embargo, el protagonista es Sonny Vaccaro, el personaje que interpreta Matt Damon. Un cazatalentos de Nike que buscaba jugadores de baloncesto que quisieran fichar por Nike y llevar sus zapatillas en la cancha. También iba a los equipos de los institutos para que usaran sus zapatillas. Él descubrió a Michael Jordan cuando no era la leyenda que es hoy. Era un jugador que había hecho una buena temporada, como tantos. De ahí la locura de intentar quitárselo a Adidas, la marca que gustaba a Jordan, ofreciéndole 250.000 dólares "Es interesante, en ese momento, la revista Fortune publicó un artículo que decía: ‘He aquí la prueba de que Nike ha perdido por completo el rumbo. Le van a dar 250.000 dólares a este novato que nunca ha jugado al baloncesto’. La opinión generalizada era que estaban locos, pero resultó ser el mejor negocio de la historia del marketing deportivo", nos explica el actor.
Nike creó las Air Jordan, una línea de zapatillas inspirada en el jugador, que fue y sigue siendo todo un éxito. Michael Jordan batió todos los récords, los mismo que enumera Viola Davis en la película, en una escena en la que una madrea afroamericana le está diciendo a un señor blanco lo que su hijo va a ser capaz de hacer en un futuro. La película es también un homenaje a la importancia de la cultura negra en aquellos años, donde el Blacks Lives Matter todavía no existía. "Lo que hizo Michael Jordan y lo su familia fue un verdadero punto de inflexión en el marketing deportivo y fue su madre quien insistió en que subiera al avión y fuera a esa reunión, él no quería reunirse con Nike. Tenía muchas ganas de firmar con Adidas. Por eso es correcto homenajearla a ella y a otras madres que desempeñan un papel muy importante, especialmente con estos atletas jóvenes. Que a los 20 años, cuando eran el mejor jugador de baloncesto del estado, de repente, están frente a Nike intentando negociar algo que va a afectar el resto de su vida. Cuando hablamos con muchos de estos tipos, hablan mucho de sus madres, por haberlos ayudado en esa transición y por ser realmente ese tipo de rocas que son en las que se apoyaron en ese momento", añade Matt Damon.
La película ocurre en 1985, lo que permite un despliegue de nostalgia ochentera a través de los coches, decorados, vestuario y guiños a una época donde la tecnología era lo más de lo más, donde la euforia del dinero no conocía límites y donde empezaban a surgir algunas marcas que cambiarían la identidad americana. Nike, empresa que usó el símbolo de la victoria griega, esa ene del alfabeto heleno, fue una de ellas. La película bebe también del estilo del guion de Sorkin de Moneyball, pero con mucho más humor. Ahí está la escena de Affleck haciendo running, meditando o cuando explican de dónde viene el famoso eslogan de la marca 'Just do it', de un condenado a muerte.
Es curioso como el filme representa a esta empresa, formada por un grupo de jóvenes con talento, que no querían abandonar Oregón, pero que ya empezaban a mandar sus productos a China, para que la mano de obra esclava hiciera las zapatillas más baratas. Un escándalo que saldría un poco más tarde, cuando Naomi Klein publicó No Logo. El filme tiene un guiño al imperialismo americano que sustenta estas prácticas. El personaje de Jason Bateman, el responsable de marketing de la empresa, hace la reflexión dramática y contradictoria: "Volvimos de Vietnam y ahora mandamos allí nuestros modelos para que hagan las zapatillas".
Es precisamente las contradicciones del sistema y del capitalismo lo que atrajo a Ben Affleck de esta historia y de su personaje. Uno de los pocos CEOs que pudo decir sí a perder dinero y poder frente a un jugador de baloncesto negro. Esa grieta, pequeña, pero grieta al fin y al cabo, es la que inspira a esta parjea, Affleck y Damon, a seguir trabajando juntos, creando historias que tengan relevancia y tratando de cambiar algo el modelo económico. "El tipo de modelo económico que existe es bastante arcaico y no valora del todo a las personas que crean valor y contenido. Así que lo que estamos intentando hacer es dividir los beneficios. Y estamos intentando convencer a muchos de los miembros clave de los equipos para que, cuando las cosas vayan muy bien, se den cuenta de que esas ganancias son también suyas, porque están ayudando a crearlas", Matt Damon y el reparto de la riqueza.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...