Ricardo de Querol: “La inteligencia artificial no aprende sola, lo hace de nosotros y, por tanto, hereda nuestros prejuicios"

Madrid

Las plataformas de transporte VTC en España son empresas que utilizan algoritmos para fijar precios y, así, distribuir el trabajo entre los conductores. Gemma Galdón, creadora de la Fundación Éticas, nos explica que el funcionamiento de estos algoritmos de los VTC es distinto al de los taxis ya que “el algoritmo de modificación de precios del taxi tradicional es muy sencillo, es una tarifa fija”. Sin embargo, en la auditoría que han presentado han comprobado que en el caso de los VTC “las tarifas son dinámicas”, según añade Galdón. Esto significa que “si pides un transporte desde una zona donde se solicitan menos VTC, como habrá más oferta, es probable que pagues más”. De este modo, la experta en ética tecnológica expresa que “hay una correlación directa entre zonas de nivel socioeconómico menor y personas que están pagando más por los servicios VTC, por lo que el algoritmo discrimina de forma indirecta por niveles de ingresos según los barrios”. Ante esta posibilidad de vulneración de distintas legislaciones, Gemma Galdón sentencia que “hay que ver cómo incorporamos todas esa casuística a ley ya existente”.

Gustavo Entrala, experto en tecnología, analiza la situación tecnológica actual haciendo hincapié en que “estamos en un momento de transformación brutal en el que va a ser muy difícil identificar lo que es verdad y lo que no”. Las imágenes creadas a través de herramientas de Inteligencia artificial, el chat GPT o las controversias públicas acerca del uso de TikTok son algunos de los puntos clave del debate tecnológico actual. Gustavo Entrala manifiesta que “estamos viviendo un cambio de época en internet en el que va todo tan rápido que no da tiempo ni de asumirlo, ni de pensarlo, ni de considerarlo”.

Ricardo de Querol ha publicado “La gran fragmentación”, un libro en el que reflexiona sobre cómo ha abordado la sociedad la transformación digital. El subdirector de El País recuerda que “hace solo 25 años que los ciudadanos corrientes empezamos a utilizar internet y que este ha sido uno de los procesos más rápidos de la historia”. Por otro lado, manifiesta que “hace un par de años no esperábamos tener conversaciones con inteligencia artificial y ahora estamos todos jugueteando con programas como el chat GTP”. Esta inmediatez, según de Querol, también tiene que influir en el sistema jurídico que “aunque ha ido por detrás, va a llegar y está llegando”.

Uno de los problemas que plantean es la discriminación de los algoritmos con los que funcionan las nuevas herramientas tecnológicas. El que fue responsable de la creación de Retina, un proyecto dentro de El País para contar a los lectores la transformación digital, expresa que “la inteligencia artificial no aprende sola, lo hace de nosotros y, por tanto, hereda nuestros prejuicios y muchas de las situaciones que hoy son problemáticas”. Esto, según comenta Ricardo de Querol, "va a traer un debate ético, pero también desarrollo como todos los avances tecnológicos".

Gemma Galdón añade que “los algoritmos aprenden muchas veces lo peor de la sociedad” lo que significa que “son racistas, machistas, discriminan a las personas que viven en entornos rurales, discriminan por código postal…”. Sin embargo, para la experta en ética tecnológica, lo más preocupante es que “nadie esté haciendo nada para que estas herramientas no sean discriminatorias y que lancemos nuevas tecnologías sin un mínimo de precaución”.

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Ricardo de Querol finaliza comentando la polarización de la sociedad y el interés empresarial en “alimentar la crispación en las redes sociales y crear burbujas ideológicas que han hecho más tóxico el debate público”.