Las monedas de uno y dos céntimos, muy cerca de desaparecer
La Comisión Europea decidirá si elimina para siempre las monedas más pequeñas de euro antes de que finalice el año. Varios de sus comisarios se han mostrado a favor de la medida, mientras estudian el impacto que tendría para la zona euro
Madrid
La Comisión Europea ha revelado que la decisión de retirar de la circulación las monedas de uno y dos céntimos de euro está muy cerca de ser tomada. La medida, que supondría su desaparición definitiva, tendría efecto a finales de este año. El motivo detrás de la decisión es la intención de ahorrar a la zona euro las pérdidas económicas derivadas de su existencia por los elevados costes que entrañan su producción y emisión. La propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya se ha mostrado partidaria de una iniciativa que se encuentra aún en estudio. Los funcionarios están analizando la magnitud del impacto y las consecuencias que tendría retirar las monedas de Euro más pequeñas del mercado.
En respuesta a una pregunta parlamentario del eurodiputado letón Ivars Ijabs, el comisario de Economía Paolo Gentiloni ha explicado que la evaluación del impacto que tendría la eliminación de estas dos monedas aborda "una gama completa de opciones, desde la no acción, pasando por leyes indicativas, hasta propuestas legislativas de la UE para suspender (las monedas) e introducir reglas de redondeo a nivel de la UE". El comisario europeo ha adelantado que la decisión sobre qué pasará finalmente con estos céntimos se tomará a finales de este 2023.
Los céntimos y el redondeo
Si finalmente se procede a su eliminación, estas monedas tendría el mismo destino que los extintos billetes de 500 euros, que tras el 19 de enero de 2019 nunca más fueron emitidos por el Banco Central Europeo, coincidiendo con la entrada en el mercado de una nueva serie de billetes de la moneda europea llamados 'Europa'. La decisión se tomó una vez constatada la escasa utilidad que poseía como medio de pago ya que la mayoría de la población la utilizaba como mecanismo de depósito de valor.
En 2021, la Comisión realizó una consulta pública abierta a la ciudadanía para conocer la opinión de los ciudadanos comunitarios sobre su posible desaparición. Los resultados arrojaron que el 70% de los europeos encuestados son partidarios de la eliminación de estas dos monedas de céntimo y de introducir reglas de redondeo comunes.
46.000 millones de monedas
En los últimos 10 años, se han acuñado más de 46.000 millones de monedas de uno y de dos céntimos. La cantidad de este grupo de metálicos han aumentado en un 74%, según datos de la Comisión. Esto significa que una de cada dos monedas de euro que comienzan a circular son una moneda de uno o dos céntimos, pese a que la cantidad total de estas monedas es muy elevada y su valor global es de solo 714 millones de euros. La explicación de esta circunstancia, según afirman desde la Comisión, es su alta tasa de pérdida, que va del 25% a casi el 100%.
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Las cuatro posibilidades que hay sobre la mesa
Así, en los restantes nueve meses, los dirigentes de la Comisión Europea tendrán que escoger para el destino de las monedas de uno y dos céntimos los siguientes cuatro destinos posibles: mantener su situación actual, lo que implicaría no suspender su curso legal y seguir produciéndolas como en la actualidad, si modificar ninguno de sus procesos de fabricación o emisión; mantenerlas reduciendo sus costes, lo que supondría cambios en su composición material o la toma de decisiones que aumentaran la eficiencia de su producción; emprender una retirada rápida, con lo que se comenzaría a retirar las monedas a través de minoristas, supermercados y bancos en un corto periodo de tiempo, aplicando normas de redondeo tras su retirada y eliminando su curso legal a partir de entonces, o, por último, decidirse por su supresión gradual, escenario en las que estos céntimos se podrían seguir empleando, pero exclusivamente para el pago de la suma final redondeada. En este caso, las monedas desaparecerían poco a poco de la circulación como consecuencia de su alta tasa de pérdida y su falta de uso como medio de pago.