La surrealista historia de Coco, el primer perro tratado por adicción al alcohol y que pasó un mes entero sedado
Su dueño dejaba botellas abiertas de alcohol y el perro generó una adicción por la que estuvo cerca de morir
Es habitual escuchar que los perros se parecen a sus dueños y, en algunas ocasiones, se encuentran similitudes sorprendentes. Sin embargo, no es tan común ver a canes que imitan los hábitos de los humanos con los que conviven, especialmente cuando estos son insalubres y tremendamente perjudiciales para la salud.
Esto le sucedió al pequeño Coco, un perro labrador de apenas dos años que tuvo que ser tratado en ante expertos veterinarios por su adicción al alcohol. Según ha publicado el refugio de animales Woodside Animal Welfare Trust de Plymouth, Reino Unido, la historia de este perro es inédita y ya se ha convertido en el primero de su especie en ser tratado por esta adicción.
Coco y otro perro fueron rescatados después de que su dueño muriese. A los dos se les aplicaron cuidados intensivos debido a su delicado estado de salud. Sin embargo, el compañero de Coco terminó falleciendo y fue entonces cuando se dieron cuenta que ambos presentaban una patología muy poco común en canes: "Estaba claro que tenían síntomas que apuntaban a síndrome de abstinencia de alcohol".
El problema había sido que los dos perros se habían convertido en adictos al alcohol, debido a que su dueño acostumbraba a dejar botellas abiertas por su casa. Cuando este se dormía, los canes se bebían el líquido que quedaba en ellas, creando así una peligrosa adicción.
La decisión del refugio fue dejar sedado a Coco durante un mes entero, con el objetivo de "aliviar el síndrome de abstinencia y reducir el riesgo de nuevos ataques". Una vez transcurrido este tiempo, Coco despertó y, afortunadamente, ya se encuentra fuera de peligro, no toma ningún tipo de medicación y empieza a comportarse de forma normal.
Sin embargo, al labrador de dos años todavía no se le puede adoptar, ya que todavía padece algunos comportamientos de ansiedad que debe tratarse, a pesar de que fisicamente parece estar en plena forma.