Vincent Cassel: "El pueblo está siempre dentro de una realidad manipulada"
El actor es uno de los protagonistas de la nueva adaptación de 'Los tres mosqueteros' que dirige Martin Bourboulon, una superproducción que recupera el clásico de Alejandro Dumas para el cine francés
Madrid
Desde hace décadas el cine francés no adaptaba Los tres mosqueteros, como otros tantos relatos, ahí está Pinocho, por ejemplo, la industria americana se había apropiado de la famosa historia escrita por Alejandro Dumas a mediados de 1800. El encargado de traer al siglo XXI esta aventura de capa y espada es Martin Bourboulon, director con poca experiencia, con títulos como la comedia Papá o mamá o el biopic del constructor de la Torre Eiffel. Aquí ha contado con una gran presupuesto, más de 70 millones de euros, para recuperar las andanzas del joven D'Artagnan. "No sé si es una cuestión de orgullo, pero por lo menos es una cuestión de convicción y placer. Efectivamente han pasado 60 años desde que no había alguna adaptación de 'Los tres mosqueteros', así que teníamos ganas de ofrecer una nueva perspectiva y recuperar el control de esta magnífica obra para seguir proponiéndole al público grandes imágenes y grandes películas de aventuras con un aspecto diferente y, espero, que nuevo en comparación con las otras adaptaciones", explica el realizador.
La historia es de sobra conocida. El cadete que sueña con ser mosquetero, su relación de hermandad y honor con Porthos, Athos y Aramis y las luchas en la corte de Luis XVIII, a las puertas de una guerra entre católicos y protestantes, y con la sombra del cardenal Richelieu y sus conspiraciones. "La manipulación, no tenían televisión en esa época, pero creo que el pueblo está siempre dentro de una realidad manipulada. El juego político por atrás es siempre más complicado. Muchas veces no tiene nada que ver con cosas de humanismo. Es dinero, nada más. Pensar de otra manera es ingenuo", dice el actor Vincent Cassel, en el papel de Athos, de la vigencia de este relato y su conexión con el presente.
Ese es uno de los puntos fuertes de esta adaptación, el reparto. Los productores y el director han reunido a un elenco con grandes actores del cine francés y europeo. Está Louis Garrel de rey, Vicky Krieps de reina, Eva Green de mala malísima como Milady de Winter y, por supuesto, los mosqueteros con François Civil, Romain Duris, Pio Marmaï y el propio Vincent Cassel, cuyo padre participó en la versión de Richard Lester del 73. "Es parte del inconsciente francés popular. Todos los chicos juegan de mosqueteros con un pedazo de madera siempre. Yo también. Pero es interesante ver que en el mundo entero los mosqueteros son héroes populares", defiende el intérprete en 'portuñol', una mezcla de español y portugués con la que se atreve a hablar.
Veteranos y jóvenes talentos participan en esta superproducción que destaca por el diseño de producción, las localizaciones, el trabajo de vestuario, la ambientación y un guion que depura la literatura de Dumas y la acerca a una nueva generación. "No sé si es actual. En cualquier caso, yo lo que quería era hacer una nueva adaptación que fuese diferente desde el punto de vista visual, con distintos vestuarios, con un look distinto, con una dirección artística que se saliese un poco de lo normal, de lo ordinario. Quería también tener una nueva mirada de las escenas de acción y filmar esas escenas de forma diferente, con un enfoque más inmersivo. Y este tema de la camaradería, de la lealtad, de la fraternidad entre todos, me parecía que era algo muy actual", apunta Bourboulon y continúa. "Para nosotros era importante preservar el encanto de la lengua, el encanto de esa fuerte herencia literaria e histórica, y aportarle, en la medida de lo posible, un enfoque un poco fresco, un poco nuevo y, de hecho, más contemporáneo. Hay un poco de equilibrio entre las dos cosas, así que hemos intentado hacerlo con la mayor precisión".
Hay batallas medianamente bien coreografiadas, humor entre espadachines, romances, acción y emoción pero lo más suculento son las intrigas palaciegas. Y ahí es donde se nota que el tiempo ha pasado por esta novela tan conocida y explotada, la sombra de series como Juego de Tronos, más adulta, culebronesca y violenta, es alargada. "Creo que el espectador es goloso. Y tiene razón. Son exigentes y les gusta tener en la misma película distintas capas que se van superponiendo, distintos universos que se enfrentan los unos a los otros. Y así podemos pasar de una historia de amor a estar un poco entre bambalinas y ver los complots e intrigas de la Corte y vivir también la camaradería de los mosqueteros. Es todo eso lo que le da sabor a la película y que espero que haga que sea interesante para el público", responde el director sobre cómo ficciones de HBO han modernizado este género.
Martin Bourboulon ha concebido esta versión contemporánea como un díptico. D'Artagnan es la primera parte y habrá una segunda centrada en el personaje de Milady, cuyo estreno en Francia está previsto para este año. "Desde el principio formaba parte del proyecto. Las dos películas tenían que hacerse al mismo tiempo. Era importante porque la historia es muy, muy larga, y muy amplia y queremos ofrecer todo lo que fuera posible y darle nuevas imágenes. Queríamos que fuese muy grande, como la primera, la segunda la hemos hecho igual, siempre pensando en el espectador. Nos parecía de lo más natural", concluye el realizador, de visita en España tras superar el millón de espectadores en los cines de Francia.
José M. Romero
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