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Iglesias pide la unidad con Sumar mientras Belarra critica que toda la izquierda se cuelgue "la medalla" por la ley de vivienda

Podemos celebra la Fiesta de la Primavera para reivindicar la unidad del partido y buscar la fórmula para aglutinar a la izquierda

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, interviene en la inauguración de la Fiesta de la Primavera, acto de precampaña de la formación morada en Zaragoza. / Javier Cebollada (EFE)

Madrid

La Fiesta de la Primavera celebrada este sábado por Podemos en Zaragoza buscaba la fórmula para unir a toda la izquierda de cara a la primera ronda de elecciones que se celebrarán el próximo 28 de mayo. El exsecretario general de la formación morada y exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias ha pedido a su partido trabajar por la unidad de la izquierda, pese a los "desprecios" y "ninguneos" recibidos de sus potenciales aliados de Sumar, el espacio que trata de aglutinar su sucesora en la Vicepresidencia, Yolanda Díaz, a la que no ha querido mencionar.

Iglesias ha enlazado varios temas en su intervención inicial en la primera mesa redonda de la jornada del sábado, que se celebra desde ayer en Zaragoza. Aunque esta mesa tenía temática de política internacional, Iglesias ha querido incluir en la que será su única intervención en el evento la Ley de Vivienda, que se desbloqueó este viernes con el acuerdo con ERC y EH Bildu, la guerra de Ucrania y la situación interna de la izquierda. La Ley de Vivienda la ha presentado como "uno de los éxitos políticos en los que Podemos ha participado más relevante los últimos años", puesto que la vivienda pone a un lado a la mayoría social que tiene que pagar hipoteca o alquiler para vivir y al otro a los poderes económicos y mediáticos. En ese escenario, resaltó que "que se vaya a poder hacer una ley que empuje y proteja a esa mayoría social tiene una enorme importancia política".

Iglesias pide un acuerdo con las fuerzas de izquierda

Para Iglesias, el papel de ERC y Bildu "señala que solo hay un camino posible para defender a las mayorías: el acuerdo con las fuerzas políticas de izquierdas", que "preocupa a muchos sectores del poder" porque "hizo posible incluir al PSOE en un acuerdo que no les gusta", como lo prueba el que su exministro Joan Clos presida la patronal inmobiliaria. "Cada vez que se ha intentado romper ese bloque, los sectores que no son favorables a los avances sociales han logrado sus objetivos", ha advertido, poniendo como ejemplo el desacuerdo para reformar la llamada ‘ley mordaza’, cuya votación "el Partido Socialista empujó porque sabía que esa votación se iba a perder" y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "dejaría de tener problemas con los jusapoles (el sindicato policial Jusapol)".

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Iglesias ha presumido de que ha sido posible "romper la cláusula de exclusión histórica" que impedía que hubiera ministros a la izquierda del PSOE "teniendo un discurso sin concesiones sobre las relaciones internacionales" y otros temas, y se ha preguntado: "Si Podemos no existiera, ¿habría alguien con capacidad de construir un discurso que llegue a mucha gente y a la vez decir lo que Podemos dice de Europa o de los capitalistas despiadados?". En esa línea, ha reiterado su mensaje habitual de que apoyar a la OTAN forma parte de "las reglas que no se pueden romper porque son la condición de que nada cambie", y de que "hay un pacto corrupto que dice que estamos dispuestos a tener una izquierda, pero solo una que cierre filas con la OTAN"; de ahí el empeño que en su opinión existe de "matar a Podemos". Una frase que ya entroncó con su reflexión sobre la situación interna de la izquierda y la relación con Yolanda Díaz y el resto de partidos.

"Podemos tiene que tener altura de miras"

Respecto a dicha situación, Iglesias ha asegurado que comprende que "hay muchos militantes muy dolidos" por la actitud de sus potenciales aliados, pero ha puntualizado que Podemos "tiene que seguir defendiendo uno de sus elementos de identidad: la defensa de la unidad". Y ha admitido que "no siempre es sencillo, cuando te insultan, cuando te menosprecian", y por eso entiende "la sensación de muchos compañeros". No obstante, se ha reafirmado en que Podemos "tiene que tener altura de miras y demostrar que caminar juntos es condición de posibilidad de que cambien las cosas", porque cuando los medios de comunicación "invitan a esa ruptura" con Sumar "indican básicamente el camino que les gustaría que se recorriese".

Así, ha concluido su intervención reivindicando que "Podemos es condición de posibilidad para las transformaciones" y llamando a "seguir tendiendo la mano pese a los ataques, los ninguneos y los desprecios".

Belarra celebra la ley de vivienda

La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, por su parte, ha reivindicado que sin el empuje de su partido no sería posible la nueva ley de vivienda, que va a obligar a retratarse al PP, y ha pedido a la ciudadanía que no se deje engañar por "electoralismos" porque ahora "todo el mundo" en la izquierda va a tratar de "ponerse la medalla". Así, Belarra ha celebrado ese pacto "histórico" para tener la primera ley estatal sobre vivienda en la historia de la democracia.

Una normativa que después de una negociación "muy difícil" durante tres años, según ha destacado, verá la luz y permitirá regular los precios del alquiler, proteger a la gente frente a los desahucios y ampliar el parque público de vivienda, entre otras medidas. "Una ley que sabéis muy bien, compañeros y compañeras, que nunca habría sido posible sin el empuje de Podemos en el Gobierno", ha insistido para pregonar que con ella "gana la ciudadanía" y pierden los "fondos buitre, la banca y los especuladores que llevan décadas jugando al monopoly con los alquileres y las hipotecas de la gente".

Es más, ha reclamado no dejarse engañar por electoralismo porque habrá quien quiera atribuirse ese mérito, pero la realidad es que los únicos que van a apretar para aplicarla en sus comunidades son los candidatos de Podemos. También ha señalado que la Ley de Vivienda no le "gusta nada" al PP, porque le va a "poner frente al espejo" y tendrán que explicar a la gente por qué en Valencia, Palma o en Aragón los precios del alquiler se contendrán o bajarán por su aplicación, mientras en Madrid "no paran de subir ahogando a los inquilinos".