Javier Perianes: "En España nos falta memoria, tenemos una gran escuela pianística de mucho talento y no está del todo valorada"

Madrid

Hay un rincón en Madrid, ubicado en una zona céntrica, que atesora una preciosa colección de pianos, un espacio que conjuga tradición y modernidad. Hinves es un pequeño templo consagrado a la música, a la fabricación de pianos, gestionado por una saga familiar dedicada a este oficio y al mecenazgo desde hace más de cuarenta años. La aventura de Jonathan J. Hinves comenzó en 1978 cuando se estableció como luthier en Granada alcanzando en poco tiempo gran reconocimiento. Arrancado el siglo XXI llegó la ampliación del negocio en España, en 2007 se hizo con la distribución de la marca Steinway & Sons convirtiéndose en símbolo de calidad y posicionándose como referente del piano a nivel internacional. Una tienda-taller en donde confluyen el conocimiento de una técnica centenaria y el amor por el oficio.

A Vivir se ha desplazado hasta allí para encontrarse con el pianista Javier Perianes aprovechando su paso por Madrid. Perianes (Nerva, Huelva, 1978) ha hecho un hueco para conversar con nosotros en medio de una agenda que, para este mes de abril, incluye una extensa gira de recitales por España y Europa. Maleta en mano y recién llegado de Milán nos recibe con una gran sonrisa, destila entusiasmo y buen humor a raudales. Por cierto, estos días viaja con partituras de Clara Schumann, Robert Schumann, Johannes Brahms y las Goyescas de Enrique Granados, autores que componen el repertorio de sus recitales. El que dará el día 18 en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid, es muy especial para él ya que forma parte del homenaje que la Fundación Scherzo rinde a la pianista Alicia de Larrocha en el centenario de su nacimiento. “Alicia es una leyenda del piano, una de las más grandes. Fue una figura internacional y es una pena que en casa no haya tenido tanto reconocimiento”, nos comenta. A este encuentro con el pianista y con Javier del Pino se sumaron Ana Guijarro, “la profe de Perianes”, catedrática de piano del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y presidenta de Scherzo y Alicia Torra, hija de Alicia de Larrocha. La conversación que tuvo lugar en el pequeño auditorio que alberga la tienda fue también un espacio de aprendizaje humano y musical para los que allí estuvimos.

"Cada piano tiene su propio carácter"

Este local en el 4 de la calle Fuenterrabía guarda decenas de pianos, auténticas joyas, algunas de ellas centenarias, entre las que se encuentra una muy especial, algo así como el Ferrari de los pianos, el Steinway Spirio. Spirio es el sistema de interpretación automática de alta resolución integrado en los pianos de cola de esa marca que se controla a través de una aplicación instalada en un iPad. Las teclas de este piano se mueven automáticamente (como si unas manos invisibles estuvieran tocando para ti) y pueden reproducir más de 4.500 piezas, títulos o canciones de los mejores músicos (desde Mozart a los Beatles, por ejemplo). La calidad es idéntica a la de un concierto o recital en directo. Un capricho para melómanos y bolsillos afortunados que convierte cualquier casa en una sala de conciertos.

El piano fue desarrollado por Bartolomeo Cristofori en el siglo XVIII a partir del clavecín, sin embargo, su origen se remonta miles de años atrás ya que es producto de la evolución de otros instrumentos como la cítara o el monocordio. A lo largo del siglo XIX se fundaron numerosas empresas dedicadas a la fabricación de pianos como Steinway & Sons, creadores del piano vertical moderno con cuerdas cruzadas y una única tabla armónica, y desde esa época ya podemos hablar de piano moderno tal y como lo conocemos. Un instrumento de sofisticado mecanismo y gran personalidad. En Hinves nos explicaron que “cada piano tiene su propio carácter, poseen vida, les afecta todo al igual que a las personas” y de esa mirada nace el respeto que sienten por ellos y el mimo que les dispensan. Ese es el motor de su trabajo, un oficio que nace de la virtud de la paciencia, la necesidad del aprendizaje constante y la pasión por fomentar la música. Porque tenemos que despojarnos de la visión arcaica de que la música clásica es una ciencia incomprensible accesible solo para unos cuantos privilegiados o que es seria y aburrida. Aproximarse a ella sin miedo, con el propósito de disfrutarla solo requiere un poco de información y, sobre todo, una actitud abierta. Y esa es la intención de esta ventana que abrimos en A Vivir. Ojalá sirva para acercaros al mundo del piano.