La Comisión Europea ha aprobado una normativa que obligará a los compañías de electrónica a reducir el consumo de energía que realizan las lavadoras, televisores o videoconsolas que fabrican cuando están en modo de espera, popularmente conocido como «stand by». La decisión repercutirá en un mayor ahorro energético y económico para los consumidores. Se reducirá, por tanto, de forma importante el conocido como consumo fantasma, que supone entre el 7% y el 11% del consumo anual total de cada hogar español, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE). La Comisión calcula que la exigencia de que estos aparatos realicen un menor consumo eléctrico permitirá un ahorro energético anual de 4 teravatios hora (TWh) de cara a 2030, lo que se traduce en un ahorro anual de 1,36 millones de toneladas de CO2. ara los consumidores supondrá un ahorro económico total estimado de 530 millones de euros cada año a partir de 2030. Además, permitirá que los ciudadanos tengan más información y puedan conocer más fácilmente el consumo energético que realizan los productos que compren cuando estén en «stand by». Estas directrices de obligado cumplimiento afectarán ahora también a los productos con una fuente de alimentación externa de bajo voltaje, que son los routers Wi-Fi, los módems o los altavoces inalámbricos. Este cambio en el reglamento de diseño ecológico de 2008, que es la normativa que regula cómo deben producirse estos aparatos eléctricos, tiene en cuanto la importante evolución en la tecnología y el mercado que se ha logrado en los últimos años.