Europa se rearma más allá de Ucrania
La guerra de Ucrania está cambiando el mundo. En poco más de un año se han revolucionado los precios de los alimentos, las políticas energéticas, las relaciones internacionales… y el sector de la industria armamentística. En los últimos meses de 2022 las principales empresas de Estados Unidos y Europa vendieron un 7’5 % más. En todo ese año las importaciones de armas y munición en territorio europeo se han duplicado recuperando un incremento anual nunca visto desde la caída del Muro de Berlín. Los expertos prevén que estos cambios irán más allá del conflicto que los ha acelerado
Europa se rearma más allá de Ucrania
Madrid
“Los europeos hemos estado construyendo la paz en base a la integración económica y la prosperidad común; pero ahora, nos guste o no, tenemos que afrontar un conflicto militar en nuestra frontera y apoyar a un país que está en guerra”. La frase, pronunciada por Josep Borrell, refleja un cambio profundo que está viviendo Europa y que según el Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea aún debe ir a más: “En los últimos 20 años, desde el final de la Guerra Fría, Europa ha ido disminuyendo sus capacidades militares; se ha dividido por dos la producción de armamento, y por cuatro la de munición. Ahora toca recuperar los niveles anteriores porque el entorno ha cambiado de forma dramática”.
Bruselas se ha comprometido a proporcionar un millón de proyectiles a Ucrania este año y para ello ya ha aprobado un gasto extraordinario de 2.000 millones de euros. El problema es que ni los actuales arsenales de los Estados miembros ni las empresas fabricantes estaban preparadas para el cambio de ritmo. “La Guerra de Ucrania ha cambiado nuestra actividad: la línea de producción de munición de artillería la tenemos funcionando al 100% y hemos tenido que incrementar la plantilla en más de un 60%”, nos explica Antonio Caro que es el CEO de Fábrica de Munición de Granada (FMG), la única empresa española que produce munición para el Leopard, el carro de combate que España y los países de la OTAN están enviando al gobierno de Kiev.
“La guerra acabará y esperemos que acabe pronto pero después vendrá un tiempo de recuperación en todos los stocks de armamento y munición que se están consumiendo ahora, con lo que creo que vienen unos años de importante incremento de actividad respecto a lo que teníamos antes de la guerra de Ucrania”, analiza Caro. Su principal cliente actualmente es el Ministerio de Defensa de España, pero gran parte del negocio de FMG está ya en la exportación a países como Francia, Italia o Alemania. Ésta es una de las tres grandes fábricas de munición de armamento que hay en nuestro país, pero ninguna está ya en manos de capital español. Todas son controladas por grupos extranjeros.
Esa visión de que el cambio que está viviendo el sector irá más allá del conflicto actual en Ucrania es compartida por Jesús Núñez Villaverde. El director del IECAH (Instituto de Estudios de Conflictos y Acción Humanitaria), economista y exmilitar, cree de hecho que las cosas ya empezaron a moverse en 2014, con la invasión de Crimea y con la cumbre de la OTAN que fijo el gasto de cada estado miembro en el 2%.
Comparte el diagnóstico de Josep Borrell sobre la situación que actual de la UE en lo que tiene que ver con la falta de armamento, pero apuesta por otro tratamiento: “La solución no necesariamente tiene que pasar por el reforzamiento de la industria de defensa, ni de los ejércitos, porque a fin de cuentas ése siempre es el último recurso; lo primero es garantizar la paz social, y eso hoy se hace con políticas sociales, de sanidad, de educación…”. En todo caso, puestos a gastar más en Defensa, el experto sugiere hacerlo de forma centralizada: “No hay que gastar más en Defensa, hay que gastar mejor, dejando de lado cálculos puramente nacionalistas que tienden a pensar que España puede tener su trocito de ejército y de industria de armamento, y lo mismo con Italia, Alemania… hay que empezar a pensar qué amenazas nos afectan a todos los europeos y qué tipo de instrumentos necesitamos”.
Núñez Villaverde señala también un cambio en el negocio donde Ucrania está dejando ya un claro vencedor (“EEUU es el país que más tiene ahora y como la situación es urgente, le estamos pidiendo que nos venda más, y Washington, que ya es el principal exportador con más del 40% del mercado global, está haciendo negocio con esta guerra, claro”) y un gran perdedor (“Con lo mal que le están funcionado allí las armas, Rusia, que era el segundo está cayendo el que más y se va a ver adelantado por Francia”).
En los próximos años los protagonistas de ese nuevo reparto del pastel del armamento se van a encontrar además con un escenario modificado, donde se van a poner en duda tratados sobre el uso de armas que dábamos por garantizados en las últimas décadas. “Vamos por lo menos a un escenario de mayor inquietud porque el marco institucional de control de armas y de desarme se está debilitando por no decir eliminando”. En ese nuevo entorno, advierte Núñez Villaverde, habrá que estar atentos a otra región del mundo donde las cosas ya se están moviendo a otro ritmo: el Pacífico, donde China ya ha aumentado su presupuesto en Defensa por encima de su previsión de crecimiento (7’2% frente a un 5 %), Australia se ha metido en la compra de submarinos nucleares Filipinas ha dado el visto bueno a la construcción en su territorio de cuatro bases militares estadounidenses.
Rafa Panadero
Ha desarrollado casi toda su carrera profesional...