Investigadores del CSIC hallan las primeras representaciones humanas de Tarteso
Por primera vez, los trabajos del Instituto de Arqueología de Mérida en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz) sacan a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V antes de Cristo
Las excavaciones realizadas por quinto año en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, situado la provincia de Badajoz, han deparado un importante descubrimiento arqueológico, porque, por primera vez, han sacado a la luz los restos de cinco bustos con figuras humanas que pertenecieron a la cultura tartésica, que se desarrolló en esta zona de la Península Ibérica entre los siglos octavo y cuarto antes de Cristo.
El descubrimiento se ha realizado durante la excavación del sector Este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, sobre todo, caballos. Pero lo realmente sorprendente de este nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos.
Figuras de mujer
Además, el equipo del Instituto de Arqueología, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura, dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez, ha confirmado hoy en rueda de prensa que, del conjunto recuperado hasta la fecha, dos de los relieves figurados se encuentran casi completos y corresponden a sendas figuras femeninas adornadas con destacados pendientes o arracadas que representan piezas típicas de la orfebrería tartésica.
Dada la calidad técnica y el detalle artístico con el que fueron elaboradas, parece que nos encontramos ante la representación de dos divinidades femeninas del panteón tartésico. Sin embargo, estos investigadores del CSIC no descartan que se trate de personajes destacados de la sociedad tartésica.
Junto a las dos figuras femeninas, se han recuperado otros fragmentos de relieves. Estos pertenecen, al menos, a otros tres individuos, uno de ellos identificado como un guerrero al conservarse parte del casco.
Descubrimiento revolucionario
Este extraordinario hallazgo supone un profundo cambio de paradigma en la interpretación de Tarteso, considerado tradicionalmente como una cultura anicónica porque representaba la divinidad a través de motivos animales o vegetales, o a través de betilos, es decir, de piedras sagradas.
Construyendo Tarteso es un proyecto de la Agencia Estatal de Investigación dentro del Plan Estatal I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación. Su objetivo principal es caracterizar la cultura material tartésica a través del análisis arquitectónico de los grandes edificios de adobe excavados en las últimas décadas.
El equipo de Construyendo Tarteso, que comenzó su primera campaña de excavación en 2015, en el yacimiento de Casas del Turuñuelo ubicado en las Vegas Altas del Guadiana, actualmente se encuentra inmerso en la V campaña de excavación.
En esta campaña, los trabajos se centran en el sector Este del yacimiento ya que, tras el trabajo realizado en 2022, el objetivo actual es intentar localizar el punto de acceso: la fachada del edificio.
Al ser construcciones que siguen un patrón oriental, habitualmente se orientan hacia el este, es decir, hacia la salida del sol. Además, se intenta descubrir si existe una simetría con el patio o si podría existir una puerta que comunicase directamente con dicho espacio.
Yacimiento especial
El yacimiento es singular por muchos aspectos, fundamentalmente, por su excelente estado de conservación. Hasta la fecha, es el edificio construido en tierra mejor conservado del Mediterráneo occidental. Ello se debe, entre otras razones, por conservar sus dos plantas constructivas, es decir, por la posibilidad de caminar tanto por el piso superior como por el inferior.
Su excelente estado de conservación permite documentar técnicas constructivas y soluciones arquitectónicas que hasta la fecha no se habían documentado en un yacimiento tartésico. Un ejemplo es la posible existencia de una bóveda que cubría una de sus estancias principales o el uso del mortero de cal, en este caso, para fabricar los sillares de los peldaños inferiores de la escalera. Sin duda, se trata de un yacimiento singular.
Además de los elementos arquitectónicos —como la conservación de alzados de adobe de hasta cinco metros de altura— es significativo el sacrificio masivo de animales, el más grande que se ha documentado hasta la fecha en el Mediterráneo occidental.
Por otra parte, los materiales que atesora y el estado de conservación de los mismos son excepcionales: la presencia de una escultura de mármol procedente del monte Pentélico, del que solo se tienen los pies, o el conjunto de vidrios de origen macedónico, junto a la colección de marfiles etruscos, evidencian la riqueza cultural y material de este singular enclave.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...