De emergencia climática a emergencia económica: la sequía actual amenaza con ser la más cara de la historia

Madrid

España vive una situación de emergencia climática que podría convertirse en la peor de la historia, lo que sí es evidente es que va a ser la más cara de la historia. Las organizaciones agrarias dicen que es pronto para hacer estimaciones porque el partido no está jugado y las cosas podrían cambiar en función de lo que llueva las próximas semanas, pero sí podemos mirar lo que pasó en 2022, para tratar de anticipar lo que puede venir.

El año hidrológico del año pasado terminó con un déficit de precipitaciones del 23% respecto a un año normal. La asociación agrícola ASAJA estimó que la factura de la sequía en 2022 podrían haber alcanzado los 8.000 millones de euros en toda España.

Este año el déficit hídrico es algo menor, ronda el 20% -es del 18,8%-, pero el pronóstico para lo que queda de campaña es que sea incluso peor que el anterior, así que las pérdidas podrían no solo superar esos 8.000 millones, sino multiplicarse.

Algunas asociaciones agrarias sí dan algunas estimaciones concretas. En Extremadura, por ejemplo, estiman las organizaciones que toda la cosecha de casi de 200MIL hectáreas de cereales -de trigo y cebada, fundamentalmente- es irrecuperable ya por la sequía. Las pérdidas, solo en esa región, superan los 240 millones de euros.

Con todo, la sequía impacta en la economía más allá de la del campo. La escasez de productos agrícolas va a ser determinante para la evolución de los precios de los alimentos. Sin embargo, el Gobierno reitera el mismo mensaje desde hace meses: los precios están conteniéndose.

"Los precios de la alimentación van a disminuir, de forma progresiva y en un periodo próximo", aseguraba hoy el Ministro de de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Luis Planas. Un mensaje que contradice el propio Secretario de Estado de Agricultura, Fernando Miranda: "Lógicamente en la que medida que la ausencia de precipitaciones nos impida tener una cosecha normalizada de cereal u otras producciones, va a hacer que la oferta en determinados productos sea más escasa y tenga una tendencia inflacionista.

La visión del campo

Daniel Trenado, agricultor y consultor agrícola no recuerda una sequía como esta. "Nunca hemos tenido las pérdidas de cosechas que hemos tenido este año", asegura Daniel. "Este año se seguro que no voy a cosechar, pase lo que pase". El de Daniel no es un caso aislado, "es la tónica del 80% de las siembras. El 20% está un poco más atrás y todavía si lloviese en las próximas dos semanas podrían coger algo, pero no una cosecha normal".

Adaptarse a cultivos con una menor demanda de agua no es una posibilidad, porque el campo ya está en esos mínimos. "En general el cultivo de secano español ya está adaptado a poco consumo de agua, cultivamos cereales - trigo, cebada, avena - menos consumo de agua que esto es inviable", alerta.

La sequía es un problema que empieza en el campo, pero que termina en el consumidor. "Los precios este año pintan mal", sentencia Daniel.