El futbolista de LaLiga que se crió en el infierno: "Prefieres morir antes que seguir entre tanta desgracia"

Juega en una de las mejores ligas de fútbol del mundo, la española, pero el camino de Vedat Muriqi, delantero del Mallorca, ha estado plagado de minas que ha tenido que esquivar. Nacido en la antigua Yugoslavia en 1994, padeció la Guerra de los Balcanes siendo un niño. Ahora triunfa en el Mallorca, donde lleva 13 goles esta temporada y se ha convertido en el ídolo de la afición. Este miércoles contó su historia en 'El Larguero'.

"Siempre hablo de lo mismo cuando me hablan de mi infancia. Ningún humano debería vivir lo que es la guerra, es lo peor que puede pasar. Llega un momento en el que prefieres morir antes que seguir entre tanta desgracia. Lo único positivo es que luego valoras mucho más todo lo que te pasa", explicó.

No me gusta que se apiaden de mí

—  Muriqi

Muriqi narra su infancia sin tapujos, pero pausa su relato en varias ocasiones para dejar claro que nadie tiene que sentir pena de él: "Aprendí a sobrevivir, aunque no me gusta que se apiaden de mí cuando hablo de la guerra, gracias a Dios eso ya es pasado. Tenía seis años cuando estalló la Guerra de los Balcanes y estaba toda mi familia en Albania, casi 50 personas viviendo en una habitación durante dos meses. Por suerte, todo acabó rápido, porque en Ucrania no pueden decir lo mismo... Nosotros tuvimos suerte de no perder a ninguno".

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El valor de la comida

Algo que en el 'primer mundo' damos por hecho, la comida, era la principal preocupación durante el conflicto, según contó el kosovar: "En la guerra, lo más importante es la comida. Había muchos niños de mi familia en la misma habitación y eso es lo que priorizábamos. Daban muy poca comida para cada familia y nosotros éramos 50 personas. Mi tío y mi padre intentaban que nos diesen algo más, pero no era así. Nos tenían que ayudar nuestros vecinos. Es algo que no le deseo a ningún humano".

Los soldados entraban a las casas, robaban y mataban

—  Muriqi

"En la guerra tuvimos suerte de no perder a ningún familiar. Nosotros tuvimos suerte porque los soldados entraban, robaban las cosas y mataban a la gente. Me acuerdo muy bien que cuando entraron soldados a nuestra casa nos dijeron, 'si queréis seguir aquí, quedaros, pero nosotros vamos a poner una bomba'. Cogimos rápido nuestras cosas y nos marchamos", relató.

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La isla, como su hogar

Desde que llegara en enero de 2022 a las Islas Baleares, ha sido la sensación. Ya ha marcado 18 goles y repartido seis asistencias con la bermellona, pero quiere más: "Mi ambición es jugar para el Mallorca y poder ganar algo con este club. Tenía muchas dudas cuando llegué, porque mi último fichaje no me fue bien, pero es que desde el primer día me he sentido como en casa. Tengo un año y medio más (de contrato), y le dije a mi representante que no quiero que me lie con ofertas porque me quiero quedar. Soy muy feliz aquí. Quiero acabar aquí mi carrera y poder ganar algo. Cuando ganas con un equipo que es como tu casa, es mucho mejor".

Humor con Javier Aguirre

"Con Aguirre está todo muy bien, pero sé que aquí dijo que era muy feo. A la mañana siguiente nos encontramos, y yo le dije que él tampoco es guapo. Se rió y me dio la razón", recordó entre risas, después de que su entrenador dijese meses atrás en 'El Larguero' que lo único malo que tenía Muriqi es que era feo.

"Es un entrenador que ha cambiado mucho las cosas en el club, y desde el primer día lo hemos notado. Cuando llegó, nos cambió la actitud con su alegría. Yo no esperaba que el equipo fuese a cambiar tanto con él, es increíble. Ha hecho un gran trabajo y todos los jugadores le queremos", sentenció