"Él creía que un país que no supiera leer era un país débil": la lección del fundador de la librería más antigua de España

Los libros dan la posibilidad de vivir muchas vidas. Rodearse de ellos es tener la puerta abierta a incontables historias. Lucia Alonso lo sabe muy bien. Ella es la heredera de la librería más antigua de España. Su nombre es 'Hijos de Santiago Rodríguez’, está en Burgos y se fundó en el año 1850.

Un total de 3 locales diferentes han hospedado las estanterías de Hijos de Santiago Rodríguez en sus 173 años de historia. Tradicionalmente este negocio pasaba de padres a hijos. Pero Lucía lo ha heredado de su madre. "Somos ya la sexta generación y mi madre fue la primera mujer", ha comentado Alonso.

Ella creció rodeada de libros. Y esto ha sido un verdadero placer. "Yo he sido una lectora voraz, soy una lectora voraz", ha explicado. Ella siempre ha tenido acceso a una infinidad de libros. Pero regentar una librería no sólo permite conocer la narrativa de cientos de autores, sino que también permite entrar en contacto con la gente. Así, ante los hábitos de lectura actuales, Alonso asegura que "la gente joven lee muchísimo. Pero leen lo que ellos quieren y lo leen donde ellos quieren", ha afirmado.

"Son chicas que vienen sabiendo lo que quieren"

En este sentido, Alonso afirma que una gran parte de sus clientes no supera los veinte años de edad. "Vamos a hablar de lectoras. Porque sí que es verdad que leen más ellas que ellos", ha comentado Lucía. "Son chicas que vienen sabiendo lo que quieren", ha añadido.

No obstante, también hay quienes se acercan a la librería en busca de un consejo para su próxima lectura. Para Lucía, 'La sonrisa etrusca', de José Luis Sampedro, es uno de esos libros que nunca se cansa de recomendar. "Es uno de los clásicos más asimilables por cualquier joven, más entendible. Es muy tierno, es muy bonita", ha expresado.

Las conversaciones sobre libros se ampliaron en el periodo pandémico. En ese tiempo, hubo quien se acercó a la librería no sólo en busca de recomendaciones, sino simplemente para mantener una conversación en persona. En esos diálogos, muchos clientes confesaban haber redescubierto la lectura durante el confinamiento. "Retomaron esos libros que tenían por casa, se los leyeron y descubrieron que pasaron un rato maravilloso", ha recordado. Y estas historias, que se repitieron muchas veces, fueron motivo de celebración entre las paredes de la librería.

"Se abrió la librería para formar a ese 80% de la población que en 1850 era analfabeta"

La familia Rodríguez fundó tanto una editorial como una librería. El objetivo era que la gente leyera, que aprovecharan las posibilidades que la lectura brindaba. "Él creía que un país que no supiera leer era un país débil. Era un país pobre", ha relatado Lucía, en referencia al fundador. En este sentido, la filosofía era consolidar un hábito lector que favoreciera el fortalecimiento del saber y, con ello, la capacidad crítica necesaria para consolidar una sociedad avanzada. "Se abrió la librería para formar a ese 80% de la población que en 1850 era analfabeta", ha asegurado. "En 1850 leer era de ricos", ha sentenciado.