Del Siglo de Oro al reguetón. La mujer como sujeto activo del placer en la música
Entrevista a Pala, de médico a escritor, poeta y cantautor colombiano. Multipremiado, solo le falta el Cervantes, Pala regresa a España para presentar 'El Siglo del Loro', un homenaje a las formas poéticas clásicas del español en una recopilación de sonetos musicalizados
Del Siglo de Oro al reguetón. La mujer como sujeto activo del placer en la música
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Carlos Palacio es Pala, cantautor colombiano con una formación impresionante. A sus estudios musicales en el Instituto Superior de Artes de La Habana, sumas los títulos de médico, cirujano y filólogo hispanista. Ha editado diez álbumes de estudio, un EP y seis libros. Ni cantante ni guitarrista, él se considera un escritor por encima de todo. Ha sido ganador de los Premios Internacionales de Poesía Miguel Hernández 2020, Antonio Machado 2021 y José de Espronceda 2022. Es también Premio Nacional de Música del Ministerio de Cultura de Colombia y del Premio de Poesía Alcaldía de Medellín 2021.
Enamorado de nuestro país, está de regreso para presentar El Siglo del Loro, que publicó en 2020. 27 pistas, 27 sonetos, 40 minutos en total. Muchas son pequeñas poesías, como esta que le vemos recitar en la Plaza de España de Madrid.
¿Qué te une a nuestro país?, ¿qué relación tienes con España?
Tengo una relación apasionada con España desde hace muchos años, siempre me he sentido muy acogido y ha sido una relación también mediada por la palabra. Crecí en un pueblo muy pequeño de los Andes, escondido del Trópico, conocí el mar a los 20 años, pero mi padre fue un hombre autodidacta que desde pequeño me recitaba los poemas de Miguel Hernández en la huerta. Así que yo crecí pensando que esa huerta de Orihuela era la huerta de mi casa y ese naranjal, del que hablaba Hernández, era el de mi casa. Crecí escuchando a poetas españoles en la voz de mi padre. Después la música que llegaba de España y después ya me hice filólogo y me enamoré de la literatura. Sigo pensando que lo que me ata es la lengua, la patria es la lengua, como decía Miguel de Unamuno.
Al sexo y al amor les tienes miedo o eso es lo que cantas, ¿qué hace la lectura con los miedos, Pala, qué ha significado, qué significa para ti la lectura en tu vida?
Ha sido la forma más expedita, y esto es un lugar común, pero para mí fue así, de viajar. Nací en un pueblo pequeño en el que el mar era una ficción. Yo viajé con los libros en mi infancia. Y me permitió diluir los miedos, esas creencias del pecado y de la moral judeocristiana, que me inculcaron de manera tan sanguinaria cuando era pequeño. La lectura me permitió exorcizar eso, no tengo con qué pagárselo.
El Siglo del Loro rinde un homenaje a las formas poéticas clásicas del español en una recopilación de sonetos musicalizados. ¿Qué tiene el Siglo de Oro?
El Siglo de Oro es ese momento maravilloso en el que nuestra lengua se hace universal y en el que ocurren cosas que muy difícilmente tendrán par después. Yo la palabra innovación la miro con cierta desconfianza, porque cuando uno mira lo que se hizo en el siglo XVI y XVII... ¡si Lope viviera, sería hoy un tuitero maravilloso! Lo que tiene ese siglo es eso, que se dinamitó la lengua, que se llevó a la calle y que se convirtió en el reto cotidiano de los creadores. Y yo lo que intento con El Siglo del Loro es nombrarme como un imitador limitado y pequeño de eso y rendir un homenaje a esa forma tan hermosa que es el soneto, que lleva escribiéndose ocho siglos de la misma manera. Es increíble, algo debe tener esa estructura.
Nada más comenzar advierte de que los niños hoy no degluten poesía. ¿Por qué? ¿Quedan pocos padres como el tuyo, quizás?
Posiblemente sea eso, aunque hay que matizarlo. La poesía hoy no llena estadios, pero hay una generación que se está reconectando con la poesía, que está reinventando esa conexión a través de otros medios. Yo fundé un espacio, lo creamos con la menor pretensión del mundo, que hoy es el espacio de creación poética de formas clásicas en castellano más grande de habla hispana. Somos casi tres mil personas de 16 países publicando todos los días sonetos, silvas, madrigales, formas clásicas. Eso es un bellísimo anacronismo a esta altura de la vida. Por un lado se nos escapa la presencia cotidiana de la poesía, pero por otro lado ebulle en ciertos espacios.
A propósito de los niños y la poesía, te quería preguntar por el lenguaje de las canciones de hoy, qué queda de aquella poesía en las letras de hoy. Si puede haber poesía en el reguetón. Y por la riqueza del lenguaje, jugar con las palabras, mezclar lenguas, inventar términos, la lengua viva a la que algunos son reticentes, consideran que son modas pasajeras o que se habla y escribe peor.
Como filólogo, te responderé que solo existe la lengua viva. Cualquier reticencia o intento de detener la evolución en la calle de la lengua, es inútil y no tiene la más mínima posibilidad de triunfar. Así que, desde el pragmatismo, esa lucha es una lucha perdida. Por fortuna. Recuerdo a un profesor en la universidad que nos decía, con un purismo, que algo no se dice así. Bueno, si vas a defender la pureza de la lengua, hazlo, pero hazlo en latín, no en esa variedad vulgar que se deterioró en la península ibérica. Nuestro español es el latín que se deterioró, por fortuna. Yo soy un defensor de esos cambios callejeros. Por otro lado, sobre el reguetón, creo que cometemos el error de pedirle una estatura literaria a un producto cultural que no la ofrece. Siempre ha habido música para pensar y música para bailar, como dice Rubén Blades. A un género que no ofrece una estatura literaria, no podemos pedírsela. Pero voy un poco más allá y es que creo que tenemos que escuchar un poquito más esas letras, que pensamos que son misóginas, y que lo son de hecho. Rancheras con letras machistas que a todos nos emocionan. Pero sí creo, como defienden algunas estudiosas, que es el primer género en el que la mujer es sujeto activo del placer. Y eso no es poco. La mujer decide y ese papel activo de la mujer como sujeto de placer solo ocurre en el reguetón y no es poca cosa. Dicho todo, no me gusta el reguetón.
En El Siglo del Loro colabora con una decena de artistas, entre ellos Jorge Drexler, Marta Gómez, Pedro Guerra, Rozalén, Juanes o Coque Malla. Con Rozalén y Pedro Pastor diste tu primer concierto en Madrid. Fuiste guitarrista de Juanes. ¿Has cambiado mucho en estos 20 años? ¿Qué has aprendido, qué te ha enseñado la vida y la música?
Lo que me ha enseñado la música es lo que ahora me siento recogiendo, justo ayer lo conversaba con Jorge Drexler. La fortuna que tenemos los cantautores, sobre todo los medianos, como yo, que no llenamos grandes estadios, es que pertenecemos a un género que no es el gran género mainstream y que, en virtud de eso, ha subsistido a través de la camaradería, de la creación genuina en este lado y otro del Atlántico. Cuando los colegas van allá, se les abraza. Cuando yo vengo acá, me siento muy abrazado y eso es lo que me ha dejado la música. Lazos de fraternidad maravillosos. Me ha dado la posibilidad pragmática de no tener que ejercer la medicina, que no es poco, jajaja. No pido mucho más que eso, seguir cantando y viajando con la música.
Pala acaba de pasar por Barcelona y le queda viaje todavía, unas cuantas citas musicales, literarias, poéticas por diferentes ciudades de nuestro país. Hemos hablado también del suyo, de Colombia y de la situación de América Latina.