El recuerdo del fascismo en Europa y América: algún homenaje, tumbas discretas y un parking

En el Valle de Cuelgamuros aún persiste la enorme cruz de piedra que se puede ver desde prácticamente toda la sierra de Madrid y que recuerda que ese espacio fue erigido para glorificar a un dictador y al fundador de un partido de extrema derecha, pero con la exhumación de los restos de Primo de Rivera dejará de ser escenario de un homenaje público al totalitarismo, prácticamente el último que quedaba en Europa. Los restos de Franco descansan en El Pardo después de ser sacados también de Cuelgamuros, cementerio que acoge también los del exdictador dominicano Rafael Trujillo.

¿Pero qué ha sido de los restos de otros dirigentes de extrema derecha de las últimas décadas?

Coches sobre Hitler

En un país que sanciona cualquier exaltación del nazismo como es Alemania, el lugar en el que estaba el búnker en el que se suicidó Adolf Hitler, situado hoy día muy cerca del monumento de recuerdo al Holocausto en el centro de Berlín, es hoy día un párking al aire libre rodeado de edificios de viviendas. Sólo una pequeña placa recuerda el lugar y salvo que uno tenga la curiosidad de pasar por ese sitio, no hay ninguna indicación para visitarlo.

La tumba de Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler, fue destruida en 2011 al comprobar las autoridades que se había convertido en un lugar de reunión de neonazis, y sus restos fueron lanzados al mar. Himmler está enterrado en una tumba anónima en un lugar desconocido y los restos de Goebbels fueron lanzados al río Elba por los soviéticos. Varios antiguos líderes de las SS y de las instituciones nazis fueron enterrados en tumbas anónimas para evitar que se convirtieran en lugares de culto de extremistas.

Homenajes en la tumba de Mussolini

El dictador italiano está enterrado en el municipio de Predappio, en el centro de Italia, donde en los últimos años en los que la extrema derecha ha recuperado espacio político en el país, ha vuelto a convertirse en lugar de peregrinación para simpatizantes fascistas. Los restos de Mussolini han cambiado de ubicación varias veces, y han sufrido distintas vejaciones, aunque las autoridades municipales de Predappio intentan aprovechar su presencia para convertir el pueblo en un reclamo turístico.

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La familia de Mussolini abre la cripta varias veces al año, aunque ha mostrado su intención de que pueda estar abierta permanentemente e incluso de que haya un museo en el municipio dedicado al dictador fascista.

Lápida sin nombre en Portugal

António de Oliveira Salazar, que fue dictador de Portugal durante 40 años, fue enterrado en el pequeño pueblo de Vimieiro, en el centro del país, por deseo propio. Su tumba es anónima y está acompañada de otras más de miembros de su familia. Como sucede en el país vecino desde la Revolución de los Claveles, no hay monumentos que recuerden los años de la dictadura, aunque una placa en el camposanto elogia la labor de Salazar y la calle principal de Vimieiro y una escuela de la localidad aún llevan su nombre.

Tumba con nombre falso

El dictador argentino Jorge Videla fue enterrado en un cementerio privado del Gran Buenos Aires después de su muerte en 2013. Los vecinos de su localidad natal, Mercedes, se movilizaron desde el momento que conocieron su fallecimiento para evitar que sus restos fueran enterrados allí. Hubo manifestaciones y protestas y la familia escondió el lugar exacto de su enterramiento, que fue luego descubierto por el diario Clarín, que además reveló que se había disimulado con un nombre falso en la lápida. Muy cerca de él también está enterrado el también dictador argentino Emilio Eduardo Massera.

Otros antiguos dirigentes de la dictadura argentina fueron enterrados en el completo anonimato para llevarlos al olvido después del daño que hicieron a la sociedad de ese país. Junto a Argentina, en Chile, las cenizas de Augusto Pinochet se encuentran en un mausoleo familiar de la ciudad de Valparaíso. En este caso, es muy sencillo poder visitar la tumba, ya que está en un camposanto perfectamente señalizado y fácil de encontrar.