España llegó a manejar tres opciones de evacuación aérea desde Sudán: "Tuvimos que ponernos en el peor de los casos"

Madrid

“Encontrar un slot adecuado fue lo más difícil”. Ese ‘slot’ es como se conoce en el argot militar a la ventana de oportunidades que se abre en una Operación de Rescate de Personal No Combatiente (NEO por sus siglas en inglés) que permite evacuar a todo el personal sin asumir ningún riesgo. Elegir ese momento fue la decisión más compleja y la más crítica que se adoptó desde el Mando de Operaciones (MOPS) del Estado Mayor de la Defensa. Quien coordinó esa misión fue el teniente coronel, Francisco Elías, midiendo cada detalle al milímetro para evitar cualquier amenaza.

“El riesgo siempre estuvo ahí”, admite a la SER, prueba de ello es que “otros países como Francia, Irak o Egipto han sufrido ataques [durante sus evacuaciones]”.

Durante la fase de prealerta – activada entre el jueves y el viernes- hubo momentos críticos porque los análisis realizados sobre el terreno etiquetaban la situación en Sudán como un “ambiente no permisivo”, es decir, “tuvimos que ponernos en el peor de los casos, pensar que no nos querían allí”.

La situación fue evolucionando, se iniciaron las coordinaciones diplomáticas y eso permitió al MOPS desplegar una primera unidad terrestre en Jartum: “¿Veis disparos, veis explosiones, veis gente en guerra?”, preguntaban a las unidades, pero la respuesta fue negativa: “Nos transmitieron tranquilidad, la situación parece que estaba en calma, no se veían acciones agresivas”.

El sábado la situación era favorable, pero la decisión definitiva se adoptó en un momento muy concreto, “cuando nuestras fuentes de inteligencia nos confirmaron que las facciones enfrentadas van a acordar una tregua y que la van a respetar”. Era domingo. La decisión ya estaba tomada.

Sin embargo, surgieron decisiones que obligaron a rediseñar la misión. “Se decidió por seguridad que el personal español en Jartum, en lugar de ir por sus propios medios hasta la zona de evacuación, mejor que fuese acompañado por unidades terrestres para acceder a la base aérea”. Eso obligó a descartar la primera opción diseñada por el MOPS, es decir, que los aviones de A400 del Ejército del Aire entrasen a Jartum vacíos, simplemente, con la intención de llenarlos del personal que había que evacuar [pensada para un escenario con el mínimo riesgo]. La segunda opción que se estudió fue enviar un solo avión cargado con dos vehículos del Ejército de Tierra VANTAC [Vehículo de alta movilidad táctica]. Pero finalmente se optó por la tercera opción, la más severa, enviar tres aviones con dos vehículos VANTAC en cada aeronave. Ese despliegue era más complejo, pero permitía extremar las precauciones.

¿Por qué se escogió Yibuti?

“Se buscaron distintas opciones”, entre ellas, evacuar al personal por carretera desde Jartum hasta Sudán del Sur o Chad, “pero nos decantamos por Yibuti porque era la mejor opción, primero, porque está cerca y segundo, porque tenemos un destacamento nuestro, la misión Atalanta, lo tenemos allí posicionado y desde allí nos puede apoyar en el todo el ámbito logístico: buscar hoteles, aparcamiento, combustible… Pueden parecer nimiedades pero cuando muchos países deciden hacer acciones parecidas en el mismo intervalo de tiempo, los medios colapsan porque se crea un embudo”, detalla el teniente coronel del MOPS.

La coordinación diplomática gestionada por el ministerio de Exteriores también fue clave para lograr reagrupar al personal de las embajadas de varios países, entre ellos, México, Venezuela, Colombia, Portugal o Polonia. “La verdad estamos muy contentos su labor, en el MOPS despliegan una persona de enlace que nos va informando de todo, esa coordinación es importantísima porque la ventana de oportunidad es muy reducida, no sabemos cuándo va a cambiar la situación. Normalmente son tiempos muy pequeños”.

Cuando la situación ya era segura, se decidió convertir la residencia del embajador español en Sudán en el punto de extracción. El MOPS decidió que se ese fuese el punto de encuentro para reagrupar a las 104 personas que en poco menos de media hora embarcaron en la base aérea de Wadi Seidna, desde la que despegaron los A400 con dirección a Yibuti.

Esta operación ha culminado con éxito y con la gratitud del personal evacuado: “Nos transmitieron el agradecimiento con ciertas lágrimas, nos decían que es muy bonito que siendo de otros países les hubiésemos evacuado como si fuésemos un español más”.