El alegato de Elena Anaya contra las casas de apuestas: "No son salas de juego, son salas de pérdida"
La actriz protagoniza, junto a Luis Tosar y Álex García, el thriller 'Fatum', una historia que trae a primer plano el problema de la adicción al juego y sus consecuencias
Madrid
El thriller, en sus diferentes vertientes, es uno de los géneros que mejor ha rastreado en los últimos años algunos de los problemas sociales de nuestro tiempo. Juan Galiñanes, guionista de Quien a hierro mata y montador de numerosas películas y series, como La unidad, debuta en la dirección con eso que llaman un thriller de personajes, una propuesta más dramática que de acción. "He intentado hacer un thriller, pero que no fuese un thriller, una película de acción al uso y sin más, sino que lo que me gusta mucho es el trabajar los personajes, el trabajo con los actores, la construcción compleja no solamente de los protagonistas, sino de todos los demás, de todos los demás personajes secundarios, reparto, para que al final todos ellos tengan su entidad, que puedas empatizar en algún momento con cada uno de ellos es lo que hace que realmente vivas la película de principio a fin en esa tensión", cuenta el director de 'Fatum', un proyecto en el que lleva trabajando años y ha estado guardado en el cajón.
Debajo de esa tensión, la policial y la personal, emerge el poso de la película. "Quería que fuese también una historia que tuviese un trasfondo social, tratar temas como hoy en día son el mundo de las apuestas, que es un mundo muy duro, muy complejo, al que le damos la espalda constantemente. Y luego temas tan bonitos y tan importantes como las donaciones que pueden salvar vidas", dice sobre traer a primer plano el problema de las casas de apuestas, la adicción y la destrucción de familias enteras por el juego. Esas casas de apuestas que han proliferado en barrios obreros y a las puertas de colegios. "En lugares muy estratégicos con señales luminosas que llaman la atención de los más pequeños y de la gente más inocente que no sabe realmente que esto es un lugar de perdedores, de gente que va a perderlo todo. No son salas de juegos, son salas de pérdida. Entras a perderlo todo, no sólo tú, sino toda tu familia. Y los deportistas de élite están patrocinados por estas casas de apuestas que debería estar, creo, desde mi punto de vista, completamente prohibido y con unas limitaciones mucho más específicas. Están cerca de colegios, realmente hay que prohibir la entrada a menores, que aunque esté prohibida, ocurre en la vida que hay niños en esas salas de apuestas o gente qu tendrían que tener prohibida la entrada porque tienen una enfermedad y las personas que tienen una enfermedad no tienen control sobre sí mismas, debería de haber una fuerza, una ley que pudiese proteger a esas personas ante su vulnerabilidad", añade tajante la actriz Elena Anaya.
Fatum, el título de la cinta, hace referencia al destino, al sino, a los hechos desconocidos, incontrolables y también azarosos que pueden cambiar de la noche a la mañana tu vida. La cinta trabaja con el formato de historias cruzadas, la de dos familias y dos hombres que lidian con la vida y la muerte, con lo justo y lo supuestamente injusto, con lo que está en su mano para proteger o destrozar a su familia. De un lado está el personaje de Luis Tosar, un padre adicto al juego, a punto de perderlo todo, que dispone de una última oportunidad. "No es sano la forma en que los ama, porque al fin y al cabo es un tipo muy egoísta que está buscando un placer inmediato. Está intentando buscar ganar porque tiene una adicción y sabe que, él no lo sabe precisamente, pero va a intentar apostar una vez más porque cree que la siguiente será la buena. Esa toxicidad la está transmitiendo a todo lo que hace. Contamina a todos, todos los actos que además tienen que ver con su familia. Pero no deja de ser un padre, un padre que ama a sus hijos y que hará cualquier cosa por sacarlos adelante. Y eso también, finalmente, lo coloca en una tesitura en la que la propia desesperación lo lleva a lugares muy oscuros, a la búsqueda de venganza, a no querer enfrentarse a la propia culpa. Pero claro, ahí coincide con otro personaje que también tiene culpa, que también vive en un proceso de arrepentimiento, que también ha tomado decisiones que seguramente se cuestiona", explica el actor de su personaje.
Del otro lado está el personaje que interpreta Álex García, policía, padre modelo y con un hijo enfermo a la espera de un trasplante. "Me parecen el mismo perro con distinto collar y es algo muy a tener en cuenta en la sociedad de hoy en día, que a lo mejor el cirujano tiene planta y ropa de cirujano, pero también se equivoca y el policía y el presidente. Y este es un buen ejemplo, teniendo dos personajes, uno presentado como perdedor y el otro aparentemente ganador u organizado, que tiene una vida armoniosa, cómo se equivoca estrepitosamente dentro de esa vida armoniosa. Y esa equivocación tiene consecuencias gravísimas. Al final son todos seres humanos que, según que decisión tomen, te hacen tener un juicio ante ellos, pero que probablemente estén intentando hacer lo mejor cada día", replica el intérprete a su compañero.
Ambos hombres funcionan como un espejo de dos caras, se mueven en líneas donde se difumina quién es el bueno y quién es el malo, y qué están dispuestos a hacer para salvar o vengar a sus hijos. En el fondo Fatum habla de cómo cada una de esas paternidades busca validación y redención. En medio de ambos, se presenta el conflicto que desata la acción. Un atraco en una casa de apuestas, con toma de rehenes y un operativo policial para atrapar al ladrón armado que interpreta Arón Piper, actor con tirón de la cantera de Élite. "Viendo la película me daba esa sensación de que la realidad supera la ficción, esto es algo que podría pasarme aquí en el barrio de mi casa de repente. Y todos los personajes tienen capas, incluido el mío, y tienen un pasado. Y mi personaje no es malo, no es malo por naturaleza, no es una persona que nace mala y hace lo que hace por eso, por su naturaleza, sino que tiene un pasado ahí, tiene a su padre, ha conocido el lado oscuro del juego y termina yendo ahí, ¿no? Termina yendo ahí y complicándose mucho la vida", explica.
Elena Anaya es la agente al frente de ese dispositivo, con francotiradores, negociadores y un equipo especial de asalto. La actriz media y vigila a esos dos hombres temperamentales que trasladan la acción de la sala de apuestas al hospital en una carrera contrarreloj por, cada uno, encontrar una salida o, al menos, consuelo. Galiñanes imprime tensión psicológica y emocional a este thriller con un buen diseño de personajes, llenos de claroscuros y con un dilema moral en en el centro. Dos padres desesperados que buscan también salvarse a sí mismos.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...