Locura en Mestalla: del error de Masip al golazo de Javi Guerra que da aire al Valencia
El Valencia vence en el descuento de un partido en el que ambos equipos buscaban alejarse del descenso
Mestalla vivía un partido clave para Valencia y Valladolid en esta tarde de jueves. Ambos equipos, aunque con una necesidad más acusada para los locales, se jugaban el descenso, o más bien alejarse de él en estos 90 minutos. La épica del fútbol no decepcionó y regaló un partido que fue desde lo más absurdo hasta la emoción de los minitos finales, dejando un Mestalla embravecido que hoy confía más en la permanencia.
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Dos errores garrafales
El Valladolid golpeó primero y rompió la igulada con un gol de su delantero estrella, Cyle Larin. El canadiense, que ya lleva 6 goles con la camiseta morada, se aprovechó de un tremendo error de Diakhaby en defensa. El guineano perdió el balón de vista a la hora de controlar y este se coló por debajo de su bota.
El error provocó los pitidos de la grada de Mestalla en el descanso, que veía como una nueva decepción acercaba más a su equipo al descenso. Sin embargo, el partido aún guardaba otro tremendo error, de esos que ocurren justo en los días más importantes, que iba a permitir que Diakhaby compensara su primer error.
En el 60, André Almeida colgó una falta lateral que Diakhaby remató sin demasiada potencia. El balón se acercó botando mansamente hacia los dominios de Jordi Masip, portero del Valladolid. Masip dudó entre dejar la pelota pasar e intervenir en su trayectoria. En ese segundo de duda, el balón lo superó y acabó dentro de las redes, para la incredulidad de toda la plantilla pucelana y el propio guardameta.
Salvar a tu equipo con 19 años
El partido llegó al descuento con empate en el marcador. El reaprto de puntos no servía especialmente a los intereses de ninguno de los dos equipos, pero era más útil para el Valladolid por su posición en la tabla. Entonces, en el 93, el más inesperado apareció para tener su momento de gloria: Javi Guerra, canterano del Valencia, con 19 años y el 36 a la espalda.
Guerra agarró el balón en la frontal, superó a su marca mientras se adenatraba en el área y cruzó un disparo imparable a la escuadra larga de Masip. Mestalla enloqueció. Con todo el equipo encima, banquillo incluido, Guerra se acercó a la esquina de Mestalla para celebrar un gol que vale muchísimo para todo un campo, toda una afición y toda un ciudad. Hoy, el Valencia se acerca un poco más a la permanencia gracias a la cantera.