Tres amigos se encuentran

Barcelona

¿Por qué arma tanto ruido, del bueno, el encuentro amistoso entre el expresidente Barack Obama, el cineasta Steven Spielberg y el músico Bruce Springsteen? Porque citas así no son algo muy frecuente. Y menos en nuestro país. Y precisamente en Barcelona. No lo son porque la política y el arte caminan muchas veces por vías distantes, si no opuestas. Porque a muchos políticos les trae al fresco la pintura, la música o el cine. Y porque muchos artistas recelan de la política.

¿Por qué este encuentro? Por amistad, eso tan simple. Obama quería acompañar al Boss en la inauguración de su gira mundial. Y se vino. Y Spielberg se apuntó. Sencillo. No lo compliquemos. 'Make it easy', que dicen los norteamericanos.

Pero el atractivo del encuentro tiene otras claves adicionales. Cada uno de los tres amigos son bastante una leyenda, han construido sendos mitos. Porque afloran unos valores muy pegados al terreno, pero que por eso mismo son universales: la lucha por la igualdad, social y también étnica, de Obama; el lenguaje mundial de la música de Springsteen. Las pelis de Spielberg, que no olvidan el holocausto, con el episodio del empresario solidario Schlinder, que proporcionaba empleo a trabajadores judíos en la Alemania nazi. ¿Quién no se ha emocionado con ellos? Alguno habrá, pero apuesto a que no entre la comunidad de seguidores de esta emisora.

Los tres son también gente de mucha calidad. Suelen convencer más que vencer. No insultan. Por sus obras serán reconocidos. No solo por sus frases, que las tienen y en abundancia.

Sería bonito que este tipo de coincidencias se produjese entre españoles. Que tengan un buen fin de semana. Y un mejor Primero de mayo.

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