"Un jardín nunca se emancipa, nunca cumple 18 años": el duro trabajo que se esconde tras el paraíso
'Lur Garden', el paraíso de Oiartzun abrirá sus puertas de forma ininterrumpida este fin de semana

"Un jardín nunca se emancipa, nunca cumple 18 años": el duro trabajo que se esconde tras el paraíso
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Hay proyectos que requieren su tiempo, que son de cocinado lento. En este caso han sido once años los que ha necesitado el paisajista Iñigo Segurola para ver su sueño hecho realidad: un jardín de dos hectáreas. Este espacio es un paraíso, un pulmón verde rodeado de vegetación donde uno pierde la noción del tiempo rodeado de coníferas, hayas, nenúfares, lotos o lirios de agua. Toda una maravilla que ha sido bautizada con el nombre de Lur Garden. Está en Oiartzun y, aunque hace ya un tiempo que abrió sus puertas, este fin de semana lo hará de forma ininterrumpida.
"Adquirí este terreno hace 18 años ya con la idea de crear este jardín de vocación pública y albergar en él todo aquello que uno quiere llegar a desarrollar pero que el ámbito profesional no le permite", ha confesado Segurola. En este sentido, este paraíso, que era una pradera en la que no había absolutamente nada, se convirtió en un lienzo en blanco en el que poder experimentar y dar rienda suelta a su imaginación.
"Yo creo que todos los jardines tienen algo de laboratorio"
Pero no todo es naturaleza. Lur Garden también tiene una parte de laboratorio. "Yo creo que todos los jardines tienen algo de laboratorio", ha confesado Segurola. Los jardineros también quieren romper con lo establecido. Traspasar todos los límites y, con ello sembrar diferentes plantas en un lugar impensable. "Un jardín siempre tiene esa vocación de intentar gestar aquello que es imposible", ha explicado. Así, las dimensiones de la parcela han hecho de este espacio un laboratorio sin límites.
"Cuando se meten las manos en la tierra la madre naturaleza es la principal maestra y siempre tiene lecciones guardas", ha asegurado Segurola. De este modo, el proceso pasa por aprender a controlar la incertidumbre. Cuando se trata de naturaleza, uno nunca es capaz de anticipar lo que puede ocurrir. "Lo que creamos nosotros tiene que estar lidiando siempre con el factor tiempo, que es el que va a acabar de darle forma a todo", ha comentado el paisajista. Desde su experiencia, Segurola ha tenido que hacer frente a distintas bacterias y otros problemas.
“La mayoría de las veces la respuesta es sorprendente y gratificante"
"Ese estar vivo y ese estar en continuo contacto con la naturaleza hace que no puedas controlarlo todo", ha explicado el paisajista. Por tanto, de todo lo que te aporta la naturaleza, la humildad es, sin duda, una de las lecciones más importantes. “La mayoría de las veces la respuesta es sorprendente y gratificante, porque supera todas tus expectativas”, ha comentado Segurola. No obstante, el resultado no siempre es perfecto. Aunque en su caso, su trabajo no está a mucha distancia de la total perfección. Además, la parte más cruda del cuidado del jardín ya se ha superado.
Ahora bien, el jardinista es claro: "Un jardín nunca se emancipa, nunca cumple 18 años", ha asegurado. Sin embargo, a pesar de que el jardín siempre va a depender del jardinero, ahora demanda mucho menos trabajo. "Ahora mismo el trabajo lo da, pero no es el trabajo del principio que era una locura", ha sentenciado Segurola.




