Todo está seco
"En España nunca hemos creído en el futuro, y por eso se le ha hecho tan poco caso a la ciencia ficción. Los españoles cultivamos el pasado. La culpa la tienen los romanos porque, cuando llegaron, dejamos de ser iberos, y aquí se prefiere ser lo que se fue que lo que se está siendo"
Todo está seco
Barcelona
Si mi infancia fue María Luisa Seco, la juventud se la di a Manuel Seco. Siempre he sido un diccionario de dudas. Cada vez llueve menos y, mires donde mires, todo está seco. María Luisa tenía nombre de parque, pero era del teatro. Le quedaba muy bien un mono que llevaba como de piloto de carreras, y que la hacía astronauta a la manera de Espacio 1999. Las fechas utópicas de entonces son nuestras cenizas de Quevedo. En España nunca hemos creído en el futuro, y por eso se le ha hecho tan poco caso a la ciencia ficción. Los españoles cultivamos el pasado. La culpa la tienen los romanos porque, cuando llegaron, dejamos de ser iberos, y aquí se prefiere ser lo que se fue que lo que se está siendo. Antes, para conocer el pasado había que tener cultura. Era indispensable haber leído libros, haber hojeado un atlas, haber escuchado contar sus historias a los viejos y a las viejas... Por eso, hoy, triunfa la nostalgia. Porque para la nostalgia no hace falta la cultura, no hace falta comprender. Aunque María Luisa Seco se nos aparecía con traje del futuro, aquellos programas remitían a las obras de lord Byron y de Mary Shelley. Por ejemplo, el título El monstruo de Sánchezstein no era una profecía política, sino nuestra manera de remar al viento. Lo de monstruo entiéndase aquí como fenómeno, no como sinónimo de horror. He buscado monstruo en el viejo Seco, pero no sale; la palabra más cercana es montepío. Dice que ya nadie la escribe separada. Las dudas, las dificultades del lenguaje, agavilladas, que diría Umbral, en el diccionario de Manuel Seco, me hicieron entender que escribir era dudar, y que esa duda se quedaba pegada a las palabras. ¿Se acuerdan de la pertinaz sequía? Resulta que los pertinaces somos nosotros. Por eso está todo seco.