Vivir en comunidad contra la especulación inmobiliaria
El 'cohousing' y las cooperativas de vivienda en cesión de uso se abren paso como alternativa al mercado tradicional
Maneras de vivir | Cohousing contra la especulación inmobiliaria
Madrid
La Morada tendrá cuatro pisos y 12 viviendas (tres por planta) con diferentes opciones de tamaño: 45 metros cuadrados las más pequeñas y 62 las más grandes. Silvia Fernández y María Berzosa, dos de las 16 cooperativistas impulsoras del edificio, contemplan expectantes el solar donde una hormigonera y dos palas excavadoras trabajan poniendo los cimientos de lo que en enero de 2024 será su nuevo hogar en el barrio de Les Roquetes de Barcelona, a espaldas del Tibidabo.
La suya será una vivienda cooperativa o vivienda comunitaria. Las habitantes tendrán un área privada como individuo o grupo familiar, como en cualquier bloque de vecinos, pero también la opción de participar y compartir espacios comunes. Este modelo, también llamado cohousing, cuyo punto de partida es la cesión del uso del suelo por parte de entidades públicas o privadas –en este caso de 65 años–, se reivindica como alternativa al mercado tradicional y posibilita sacar los terrenos de la especulación inmobiliaria.
Los primeros ejemplos de vivienda colaborativa bajo la premisa de la propiedad colectiva y los servicios compartidos se remontan a finales de la década de los 60 en el norte de Europa. El germen siempre es un conjunto de personas con intereses comunes. En el caso de La Morada, sus impulsoras se conocieron en los movimientos feministas y la cooperativa tiene como prioridad dar vivienda a mujeres y miembros del colectivo LGTBI.
El carácter feminista y colectivo del proyecto se podrá apreciar inlcuso en la propia arquitectura del edificio. Contemplado como una corrala madrileña con un patio interior y varios espacios comunes, colocarán las cocinas –“un lugar tradicionalmente ligado a aislar a las mujeres”– en la entrada de los pisos, en un lugar visible y predominante, de modo que –a través de los pasillos corridos– todas las vecinas se sentirán y se verán muy cerca. En este sentido, Silvia y María, que en parte llegaron a este modelo de vivienda por la presión de un mercado inmobiliario desatado, también contemplan su “morada” como un lugar en el que envejecer y cuidarse entre compañeras en el futuro.
Para que existiera La Morada, antes tuvo que existir La Borda. Esta otra vivienda cooperativa en cesión de uso en el barrio de Sants, en el centro de Barcelona, es una realidad desde 2018 y en la actualidad acoge a 60 vecinos repartidos en 28 apartamentos.
Ernest Garriga –arquitecto, impulsor y vecino de La Borda– rememora junto a nuestra arquitecta de cabecera, Atxu Amann, el momento en el que empezó todo: la cooperativa de arquitectos de la que forma parte, Lacol, se unió desde 2011 a una reclamación vecinal de más de tres décadas en Camp Batlló, un recinto industrial de siete hectáreas que llevaba abandonado 35 años por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
De esas reclamaciones nacerá años después una realidad: un edificio de seis plantas de altura (multipremiado arquitectónicamente) con una estructura de madera laminada. Cedido para su uso por el consistorio, entre las prioridades de La Borda siempre estuvo reducir el impacto ambiental, por eso renunciaron al aparcamiento de coches subterráneo. Además, por su disposición y construcción se aprovecha al máximo las horas de sol y el edificio requiere mucho menos consumo energético.
La idea es volver a los orígenes de las comunidades de vecinos –"hacer pueblo", en boca de uno de los habitantes–. Las grandes decisiones de la cooperativa se toman en asamblea y comparten espacios como la lavandería, las distintas terrazas, un gran comedor y cocina comunitaria –adicional a la que cada uno tiene en su piso–, habitaciones de invitados o de trabajo o un huerto en el patio central inspirado, de nuevo, en las corralas. Tu piso puede tener entre 40 y 70 metros cuadrados, pero tu casa tiene otros 400 que se disfrutan en comunidad.
Antonio Vico
(Jaén, 1992) Ligado a la radio y a la Cadena...