Una discusión viva

Madrid

Hoy se conmemora el primero de mayo, fiesta en honor de todos aquellos, hombres y mujeres, que lucharon, y luchan, en todo el mundo por conseguir el reconocimiento de los derechos laborales y sindicales. Es una gran fecha. Ayer, 30 de abril, fue el aniversario de la muerte de Clara Campoamor, una fecha debió también haberse conmemorado en España porque ella representó también la lucha por el reconocimiento de unos derechos, los derechos civiles y políticos de las mujeres. El debate que propició aquella diputada madrileña, su herencia, sigue vigente hoy día: ¿se puede posponer el reconocimiento a la igualdad legal de las mujeres hasta que se produzca una modernización suficiente de la sociedad, encomendada a los hombres? ¿Pueden las democracias occidentales mantenerse inmóviles a la espera de que evolucione el régimen talibán, en Afganistán, que trata a sus mujeres como verdaderas esclavas, o a que el gobierno iraní vaya poco a poco aceptando que sus ciudadanas tienen los mismos derechos que los hombres? Clara Campoamor defendió en 1931 que no y seguiría hoy día peleando y manteniendo que no se puede sacrificar el derecho de media población, sea cual sea la moneda de cambio. Es increíble que noventa años después la misma discusión siga viva en medio mundo.