No es un hobbie

Madrid

Es un buen día para hablar de la libertad de prensa desde una perspectiva que yo conozco bastante bien, que es la del periodismo local. Es un lado menos espectacular, pero que tenemos más cerca, porque es el periodismo al que se dedican casi todos los periodistas y lo sufren los oyentes, los lectores y, desde luego, los profesionales. Una vez le leí a Hernán Casciari, periodista argentino, escritor argentino, que no le gustaba ser informado de lo que pasaba en el mundo por gente que vivía en casa de sus padres. Hablaba de la precariedad, hablaba de las condiciones dignas y, al fin y al cabo, esas condiciones dignas hacen el trabajo más digno y, por tanto, más libre. Eso también va en la libertad de prensa: los horarios dignos, los salarios dignos tienen mucho que ver con la libertad de prensa, porque las condiciones en las que se informan muchas veces condicionan lo que se informa. Y el primer problema del periodismo no creo que sea su conflicto con la verdad, que lo hay, sino el conflicto con los que quieren contar la verdad y no pueden vivir solo de eso. No tienen tiempo para contrastarla ni tienen derechos para defenderla. Libertad es pagar bien y tener horarios que cumpla la ley. Libertad es respetar un convenio. Libertad es saber que cuando es vocacional el periodismo no se convierte en un hobby, sigue siendo una profesión. Y es tan importante saber esto como no olvidar.