Opinión

Trabajos que no me hicieron libre

Y cuanto más trabajaba más cansada me sentía, menos libre, más esclavizada no porque no me esforzara sino porque a cada momento cambiaban las leyes y lo hacían siempre para favorecer a mis jefes y perjudicar a los asalariados

Trabajos que no me hicieron libre

Madrid

Yo desde muy pequeña quería trabajar. Antes incluso de tener una vocación clara y acabar decantándome por esto de labrar mis parcelas de papel, tenía unas prisas enormes por ganar mi propio sueldo. Darme cuenta de lo atadas que estaban las mujeres de mi familia por no contar con ingresos propios supongo me marcó desde muy pronto. Mi abuela se sacaba unos duros vendiendo los huevos de las gallinas que criaba y en nuestro piso húmedo de Vic había a menudo retales de piel para pegar entre todos pero quedarse hasta las tantas esnifando cola a un precio miserable era de todo menos emancipador.

Más información

Yo no quería hacerme rica, lo que quería era ser libre, trabajar y ganar un sueldo que me permitiera no depender, no pedir, no tener que someterme a la voluntad de nadie. Hasta que empecé en mis primeros trabajillos y me llegó la gran decepción: la cantidad de horas que había que echar para ahorrar y lo caro que me pareció todo de repente calculado en moneda de tiempo. Claro que era muy joven, estaba empezando pero qué pesadas las tardes de bochorno veraniegas repartiendo propagando por los buzones, qué interminables las horas de 5 a 9 en una frutería perdiéndome las series de dibujos de las que no hablaría al día siguiente en el patio, qué sueño madrugar para montar la parada de camisetas del mercadillo.

Y luego dar de comer a ancianos, limpiar váteres y servir carajillos, hacer habitaciones de hotel en cinco minutos de cronómetro, convertir un cordero en unas cuantas bandejas a punto para la barbacoa, empuñar una manguera de alta presión. Y cuanto más trabajaba más cansada me sentía, menos libre, más esclavizada no porque no me esforzara sino porque a cada momento cambiaban las leyes y lo hacían siempre para favorecer a mis jefes y perjudicar a los asalariados. Incluso pensé en hacerme sindicalista pero no me daba la vida y no tardaron ni un segundo en advertirme que las temporales no tienen derecho a serlo.

Ellos a lo suyo y nosotros a lo nuestro

Najat el Hachmi

Najat el Hachmi (Nador, Marruecos, 2 de julio...