Las mujeres participan, pero no lideran: el 30% son cabezas de lista en municipales y menos del 40% los son en autonómicas

Madrid

A tres semanas de las elecciones autonómicas y municipales, la disparidad en España entre hombres y mujeres al frente de la política es latente. Las mujeres participan, pero no lideran. Actualmente, solo cuatro mujeres están al frente de alguna de las 17 comunidades y de las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El 21%. Una cifra tan solo un punto por encima a nivel municipal. El 22% son alcaldesas. Una falta de paridad que va a continuar el próximo 28 de mayo porque ellas son menos que ellos al frente de las listas. Según los datos que ha podido recabar la Cadena SER, el 39% de los candidatos a las autonómicas son mujeres. Una cifra que desciende a nivel local. Las que aspiran a alcaldesa en las 18 capitales de comunidad representan el 31%.

Cristina Monge, politóloga, lo achaca, en algunos casos, "a la inercia que se genera en los partidos". "En muchas otras situaciones, probablemente todavía nos hace falta mayor impulso, mayores políticas públicas, y una voluntad más decidida por parte de los líderes de los partidos políticos, de que seamos nosotras, de que sean ellas, las que encabecen estas listas electorales", comenta Monge.

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32 mujeres de las 82 candidaturas

A nivel regional, se van a celebrar elecciones en 12 comunidades, además de en Ceuta y Melilla. De las 82 candidaturas que tienen ahora mismo representación en estos parlamentos - incluyendo a las dos ciudades autónomas - 32 están lideradas por una mujer. En Aragón, de los ocho partidos que ahora mismo están representados en el Parlamento, solo uno va a presentar a una mujer, Podemos. Algo similar ocurre en la Comunidad Valenciana, de las seis formaciones, una candidata, la de Ciudadanos. Esto entronca con la situación de la Comunidad de Madrid, donde de los seis partidos que están en la Asamblea, cinco cabezas de lista son mujeres.

Pero los datos son distintos si nos centramos en las cinco fuerzas más votadas a nivel nacional, que son las que más posibilidades tienen de gobernar en casi todas las comunidades. PSOE, PP y VOX no llegan al 30% de candidatas para las autonómicas. Tan solo 4 de 14 lideran las listas. La paridad sí la encontramos en Ciudadanos (7 y 7). Y la gran diferencia, Podemos, que tanto en solitario como en sus diferentes confluencias, las mujeres número uno representan casi el 80% (11 de 14).

Esto, atendiendo a los que en 2019 lograron al menos un escaño. Si miramos todas las formaciones que se presentan a los comicios, que son muchas más, las cifras descienden. A más listas, menos mujeres. En total, en las 18 capitales de comunidad autónoma en las que el próximo 28 de mayo hay elecciones municipales, se van a presentar 222 candidaturas, de ellas, 70 van a estar lideradas por mujeres. En Santander, de 11 aspirantes a edil, 1 mujer, Gema Igual, la actual alcaldesa (PP). En Oviedo, de las 12 candidaturas presentadas, tan solo 2 están encabezadas por ellas. Esta disparidad se observa también en Barcelona, 25 candidatos, 7 mujeres, una de ellas su alcaldesa, Ada Colau.

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Vitoria, la más igualitaria

Entre las que más igualdad hay, Vitoria. Es la única en la que ellas, son más que ellos (7 de 12 aspirantes). Por partidos, los menos paritarios son Ciudadanos y el Partido Popular: los naranjas solo presentan el 15% de mujeres; El PP no llega al 30%. Mientras, PSOE y VOX rozan la paridad, pero tampoco llegan, ellas son el 45%. Nuevamente, Podemos tiene más líderes mujeres: en las capitales son algo más del 55%.

La Ley de Igualdad vigente, que es del año 2007, obliga a que la proporción entre sexos en las listas tenga como máximo una diferencia del 60% y 40%, y que esta se vea cada cinco puestos. Pero, no dice nada sobre quien tiene que encabezar la lista. Ahora, el Gobierno quiere implantar una ley de representación paritaria que exija, entre otras cosas, listas cremallera, es decir, cada puesto, un sexo. Para Monge, esta ley es un avance, pero tampoco va a garantizar que vaya a haber más mujeres a la cabeza: "Se trata de considerar la legislación como lo que es, una palanca de cambio, pero sin olvidar que bajo ella tiene que existir también una voluntad de un compromiso político firme y decidido para conseguir la igualdad real".