Del 'Ecce Homo' de Borja al 'San Jorge' de Estella: una historia española de restauraciones desastrosas
Esta lista de restauraciones chapuceras es la prueba de por qué es importante dejar el arte en buenas manos
Del 'Ecce Homo' de Borja al 'San Jorge' de Estella: una historia de buenas intenciones, pero poco talento para la restauración
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La noticia que ha sacudido a la comunidad cristiana de la ciudad de Barcelona durante los últimos días, ha sido conocer que la figura del Santo Cristo de Lepanto que llevan dos siglos venerando en la catedral no es negra como se creía, solo estaba sucia. Así lo hacía saber el decano Santiago Bueno en una rueda de prensa.
Un lavado sencillo a base de agua destilada y una goma de borrar nos ha enseñado la parte más bonita de la restauración de obras de arte. Pero no debemos olvidar que existe una cara B y que son muchas las víctimas de aficionados con más buena intención que experiencia.
2012: El Ecce Homo de Borja (Zaragoza)
En 2012 Cecilia Giménez, de 81 años, fue la comidilla de medio mundo. Intentó arreglar el Ecce Homo de su parroquia, la iglesia del Santuario de Misericordia de Borja, pero terminó por darle un nuevo rostro que se convirtió en un meme.
El de Borja es el caso más famoso en cuando a arreglos desastrosos. De hecho, a partir de que la noticia se hiciera viral cualquier restauración fallida adquiría inmediatamente el mote de "Ecce Homo".
2018: El San Jorge de Estella (Navarra)
En junio de 2018 medios internacionales como The Guardian o la CNN publicaban una noticia con titular: "Ecce Homo Navarro: Otra iglesia en España cae víctima de un restaurador bienintencionado".
Se estaban refiriendo a la escultura de San Jorge del siglo XVI que descansa en la iglesia de San Miguel de Estella, y que de pronto se vio convertida en una mezcla entre un soldadito de plomo y un ninot valenciano.
Fue una profesora de manualidades del pueblo la que por encargo del párroco se encargó de la restauración, y el pobre San Jorge terminó cubierto por capas y capas de pintura escolar. Por supuesto, el cambio no gustó ni a los vecinos ni a los profesionales de la restauración.
Finalmente en 2019 el departamento de restauración del Gobierno de Navarra devolvió la dignidad al San Jorge desfigurado.
2018: Las tres tallas de Rañadoiro (Asturias)
Al contrario que en el caso de San Jorge, los habitantes del pequeño pueblo de Rañadoiro sí que quedaron bastante contentos con la restauración que Marisa, la estanquera, hizo de las tallas del siglo XV que decoraban su ermita.
La artífice confesó sentirse muy orgullosa de su restauración. Una opinión que parecían no compartir los profesionales del sector, que tacharon de aberración el haber pintado a la Virgen y el Niño de colores chillones. A eso hay que sumarle la manicura en color rosa para Santa Ana y el haber rediseñado los ojos a San Pedro dejándole, por cierto, con algo de estrabismo.
2020: La pastorcilla de Palencia
En el número 9 de la Calle Mayor de Palencia, existe uno de los edificios patrimoniales más bellos de la ciudad. A día de hoy alberga la sede de Unicaja y en su fachada tiene varias esculturas.
Lo que se suponía que era una pastorcilla, terminó convertida en 2017 en un monigote que los vecinos definieron como una mezcla entre 'Mr. Potato' y 'Sloth Fratelli' de los 'Goonies'. Los responsables de esta obra de arte de gusto dudoso, fueron los obreros contratados para la reparación del edificio. Durante los trabajos se llevaron por delante la cabeza de la escultura y decidieron arreglarla a su manera. Curiosamente nadie se dio cuenta del desastre hasta el 2020.
El año pasado la pastorcilla pudo, por fin, recuperar su rostro original.
2020: La Inmaculada de Murillo
Salimos de la iglesia, pero no del cristianismo. En 2020 la víctima fue una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo. Su dueño, un coleccionista particular de Valencia, había encargado la limpieza de la obra a un restaurador de muebles de confianza. La sorpresa vino cuando, al devolverle la pieza, el coleccionista vio que el rostro de la Inmaculada estaba completamente desfigurado.
El responsable de la restauración negó hasta la extenuación el haber tocado la cara a la virgen, sino que se llevó el cuadro de nuevo, volvió a pintarlo y lo devolvió aún peor que la primera vez.
Irene González-Higuera
Graduada en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional...