Españoles y americanos
El encuentro de ahora mismo en el Despacho Oval no es asunto menor, ni meramente protocolario, no es una excusa para la propaganda, ni para la antipropaganda, no es minucia para una campaña electoral polarizada, ni para comentarios miserables. Es algo muy serio entre dos países serios
Españoles y americanos
Barcelona
Españoles y norteamericanos compartimos mucho. Compartimos intereses estratégicos, a veces no perfectamente alineados, en el Norte de África. Compartimos bases defensivas que deben compensarse bien. Somos aliados fieles, pero generalmente sin genuflexiones, ni reverencias, ni humillaciones. Procuramos en general frecuentar el mundo de los buenos modales, sin poner los pies encima de la mesa. Dispensamos respeto por la prestación de seguridad que recibimos, pero estamos dispuestos a hacernos mayores con el resto de los europeos.
Compartimos y disputamos la influencia de dos matrices culturales, hispana y anglosajona, en todo el continente de allá. Y formamos un tradicional dueto de inversores principales en el subcontinente, ahora desafiado por el activismo chino. Somos un socio europeo que en los 90 empujó el refuerzo del vínculo mutuo con la Nueva Agenda Transatlántica, bajo presidencia española de la UE. Nos interesa profundamente la primera democracia del mundo y estamos interesados en que siga siendo una democracia de primera. Cohabitamos una misma civilización.
Así que el encuentro de ahora mismo en el Despacho Oval no es asunto menor, ni meramente protocolario, no es una excusa para la propaganda, ni para la antipropaganda, no es minucia para una campaña electoral polarizada, ni para comentarios miserables. Es algo muy serio entre dos países serios.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...