Del 'abrazajamones' a las cenizas del abuelo. Todo lo que te puedes encontrar en un mercadillo de lujo
Asistimos al vaciado y jornada de puertas abiertas de una casa
De la abrazadera de jamón a las cenizas del abuelo. Todo lo que puedes encontrar en una casa de lujo
Madrid
La dueña murió hace unos meses. Una señora mayor, católica y de alto poder adquisitivo. Es lo poco que deducimos tras la visita a su casa. Un piso señorial en una de las mejores zonas de Madrid pero al que se le nota el paso del tiempo. Sin duda necesita una reforma, una actualización. Y para ese lavado de cara sus herederos no pueden asumir la cantidad de objetos que se acumulan durante toda una vida.
Es aquí donde entran en acción Astrid Romero y María López, periodista y restauradora respectivamente. Hace cinco años montaron Arquitectura del orden, una idea muy común en EEUU pero que ha tardado un poco más en aceptarse en España. Ahora también tienen equipo en Alicante. Los familiares de una persona fallecida no son los únicos en solicitar su ayuda. “Una pareja que se marcha a vivir al extranjero y no pueden llevárselo todo consigo. Una viuda a la que, sin su marido y con sus hijos fuera, se le hace demasiado grande la casa y prefiere mudarse a un piso más pequeño” Los motivos son diferentes pero el perfil es común: casas de lujo. “Pero también tenemos soluciones para pisos más pequeños”.
El trabajo es más complicado de lo que parece. Durante dos o tres semanas, dependiendo del tamaño de la vivienda, revisan, catalogan e investigan todo lo que hay dentro de la casa para etiquetarlo y ponerle un precio al que no le puedas decir que no. Lo limpian todo, lo colocan bonito y a la vista. Y, durante tres días, se venden en jornadas de puertas abiertas. Con cita previa y bien ordenado para evitar que se convierta en una jornada de caza. Porque va mucha gente y nadie quiere quedarse sin su tesoro.
Juanjo Millás y yo fuimos el primer día. Era viernes, once de la mañana, y en la acera ya se agrupaban los primeros clientes. Paseamos por el piso vacío mientras el equipo de Arquitectura daba los últimos retoques. Secreters, tresillos y sofás chester, vajillas impolutas, calientaplatos de plata, saleros victorianos y el sueño de cualquier millennial inglés: perros Staffordshire de porcelana (si The Guardian lo dice…) Lo más peculiar que se han encontrado en otras casas: dentaduras y urnas con las cenizas de los dueños que allí se quedaron.
Husmear en una casa que no es la tuya es divertido Abrir el armario y tocar la ropa, los bolsos, los pendientes, los guantes, el cepillo con mango de plata que utilizaba la difunta para cepillarse el pelo, y que aun conserva una cana enredada entre sus púas, es inquietante. El respeto con el que nos acercamos a estas prendas queda en el olvido cuando al entrar los primeros clientes empiezan a acaparar prendas. “No sé si me lo llevaré, pero la clave es cogerlo todo por si acaso. Que luego vuela”. Y es verdad, todo vuela. Los hay que saben exactamente lo que quieren para su segunda residencia, para amueblar un futuro hotel, para terminar de decorar su primera casa, para revender en el rastro… Otros simplemente curiosean y pican alguna cosilla. Objetos que sobrevivieron a sus dueños, que seguirán su camino lejos del lugar que ocuparon durante tantos años. “En nuestra cuenta de Instagram colgamos las fotos que nos envían los clientes de lo que se llevaron decorando una estancia completamente distinta” Y que quizás no sea la última.
Paqui Ramos
Casi siempre en la radio. Siempre en la SER....