Hasta el fin del mundo… con fondos europeos

Madrid

Cuando la concejala de Industria y Turismo de Hellín pensó en qué hacer para impulsar su ciudad tuvo claro por dónde no podría avanzar: “Todo el mundo dice que tenemos que traer industria, pero ¿cómo vamos a hacerlo? Le puedo decir a Tesla que se instale aquí, o a Amazon, pero no puede ser”. Lo que sí podía ser era dar una nueva vida a los 11 kilómetros de vía ferroviaria que ADIF había dejado de usar en 2019. “Históricamente esas vías se suelen levantar para instalar rutas verdes, que no generan industria, como mucho aspiras a las propinas que dejen los ciclistas. Yo lo primero que hice fue conservarlas, negociar con ADIF su cesión y gestionar también la cesión para uso turístico del cañón”.

El cañón al que hace referencia es el de Almadenes, que en su parte más estrecha no supera los cinco metros y cuenta con unas pasarelas en desuso que recuerdan a las del Caminito del Rey, en Málaga. En un primer momento, López Iniesta tuvo el apoyo de Mare Ingeniería, empresa especializada en ferrocarriles alternativos con experiencia en complejos como Port Aventura. “No me cabe duda que va a ser un éxito porque es el primer proyecto en que la vía va a ser el hilo conductor y está en un paraje único, lo tiene todo", comenta su fundador Jose Luis Pinilla, que le proporcionó a la concejala el primer ferrociclo con el que recorrer la vía y reconocer el terreno. El proyecto dio un salto cualitativo cuando Hellín obtuvo 3’5 millones de los fondos Next Generation para el fomento del turismo sostenible.

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Frente a otras iniciativas que gastan esos fondos “en construir algo que después puede servir o no a un industrial turístico, yo lo que hice fue dedicar el dinero de Bruselas a buscar empresas que sean capaces de generar industria”, explica la representante del ayuntamiento. Ahí entró en juego Pizarro Línea Vertical, compañía de Costa Rica especializada en el diseño de parques temáticos, y creadores entre otras atracciones de la tirolina más larga del mundo, instalada en Emiratos Árabes con una longitud de 2.800 metros.

Su máximo responsable quedó encantado con lo que vio en Hellín. “Yo había interpretado que el tren sólo servía como tren turístico, pero él me dijo que teníamos una mina de oro, un diamante en bruto”, explica la concejala. El tren, le sugirió, serviría también para llevar el material necesario durante la construcción del parque, para trasladar a los trabajadores una vez que esté funcionando, y para sacar los residuos al final de cada jornada.

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Se llamará el “Parque del Fin del Mundo”, porque allí desemboca ese río. Tendrá más de 3.000 hectáreas alrededor de esos 11 kilómetros de vía férrea, e incluirá bicis colgantes, miradores, tirolinas, pasarelas, laberintos para los niños o sendas por el desfiladero, entre otras atracciones. El proyecto ha sido puesto como ejemplo de lo que se puede hacer con el dinero de la Unión Europea por la CEOE: “Estamos siendo muy críticos con la asignación de fondos Next Generation, pero el proyecto de Hellín está en línea con lo que siempre hemos defendido: la puesta en valor de un destino manteniendo el equilibrio entre la conservación de espacios de interés cultural o natural y el desarrollo económico, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad”, comenta Inmaculada Benito, Directora de Turismo de la confederación.

En las próximas semanas se presentará el anteproyecto y se abrirá el proceso para adjudicar una concesión administrativa de obra y servicio. La empresa que demuestre tener la capacidad técnica y económica suficiente, y esté dispuesta a invertir entre 40 y 80 millones en los próximos diez años, podrá gestionar el parque por un periodo de 40 años. Las obras podrían arrancar a final de año con el objetivo de abrir las primeras atracciones en agosto de 2024.

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La concejala insiste en que una administración pública como la que ella representa debe facilitar las iniciativas privadas porque “no tiene dinero para hacer un proyecto así, pero sí puede buscar las palancas necesarias”, y confía en que el resultado final será beneficioso no sólo para Hellín: “También ayuda a las costas, mejora el turismo de playa y el de toda España”. Su ciudad está a sólo hora y media de localidades turísticas del Levante de la importancia de Torrevieja (Alicante).

Hace ocho años María Jesús Iniesta fue elegida por Ciudadanos. En la última convocatoria salió reelegida como independiente, con el respaldo de una agrupación de electores. El domingo 28 de mayo no se volverá a presentar, pero aun así confía en que el Parque del Fin del Mundo seguirá adelante: “Da lo mismo, gane quien gane, esto es un proyecto europeo y es muy difícil pararlo”.