"Aunque no lo notes te va dañando el alma": el relato del fotoperiodista que capturó los episodios más duros del terrorismo de ETA

La perspectiva es algo muy importante a la hora de analizar cualquier asunto. ETA sigue siendo, casi doce años después de su disolución, un arma política para algunos partidos. La reciente polémica erigida en torno a las listas de EH BILDU da prueba de ello. Considerando el contexto actual, el testimonio de Fidel Raso, fotoperiodista reconvertido en librero que, durante años retrató los episodios más duros de ETA, resulta especialmente trascendente.

"Yo estuve en primera línea y a las víctimas las veía directamente", ha asegurado el fotoperiodista. Son muchas las conversaciones, mucho lo vivido y, teniendo en cuenta el panorama del momento, Raso considera que algunas de las consideraciones actuales deberían de haberse quedado al margen. Así, el fotoperiodista también es el autor de 'Crónica de 30 años en primera línea. ETA, Euskadi y el mundo', un proyecto que presentará este sábado y que recoge todo un relato fotográfico sobre los momentos más duros del terrorismo en España.

El libro recoge la imagen del cuartel de la Guardia Civil de Eibar en julio de 1987, tras la explosión de un coche bomba, también las cargas de la policía contra manifestantes a mediados de los años 70, o al párroco de Lasarte pidiendo al teniente coronel de la Guardia Civil Rodríguez Galindo que aleje a los agentes de las inmediaciones de la iglesia donde iba a celebrarse el funeral de un miembro de ETA. Estas son sólo algunas muestras del enorme dolor que se sufrió durante décadas.

"Conocíamos el sello de ETA pero aún así nos resistíamos"

"He visto muchísimos atentados en el País Vasco", ha confesado el fotoperiodista. Esta experiencia asegura haberle dejado huella. "Hoy en día noto el peso de aquellas vivencias", ha expresado. Además de la crudeza de la propia situación, Raso asegura que el hecho de no tener opción de salida, incrementaba la complejidad del asunto. Su casa era el País Vasco y, por tanto, su casa entera estaba rota. "Cuando ves a tu alrededor mi versión, instituciones, policías… te preguntas por lo que está pasando", ha recordado.

"Me quedo con una cosa: que hace 13 años que ETA no mata, y ese es el enorme triunfo de la democracia", ha señalado Nieves Concostrina. No obstante, la periodista es también consciente de las enormes secuelas que dejó este capítulo negro de la historia de España. Y sobre todo en aquellos que lo vivieron en primera persona. "El horror es parte de la naturaleza humana y tú estás allí cumpliendo una función buena de información de actos terroristas que la sociedad debe conocer aunque te salpique el alma", ese es el pensamiento que le permitió a Raso poder lidiar con el dolor de su trabajo. "Conocíamos el sello de ETA pero aún así nos resistíamos", ha confesado. En este sentido, la esperanza de creer que todo podía ser de otra manera estaba siempre presente.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

"El periodista va haciéndose por capas cierta dureza"

"Hay que cuidar la naturaleza psicológica y prevenirla", advertía el periodista. Raso también ha comentado que hay una parte de su trabajo que nunca vió la luz debido a la dureza del momento retratado. "El periodista va haciéndose por capas cierta dureza, pero aunque no lo notes te va dañando el alma", ha sentenciado.

Play/PauseMostrar Opciones

"ETA sigue viva en la boca de quien pronuncia ETA delante de un micrófono": Pablo Romero, hijo de un asesinado por la banda terrorista

05:33

Cerrar

• Descargar
• Compartir

Cerrar

Compartir

• Facebook
• Twitter
• Linkedin
• Whatsapp
• Embeber

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1684482286874/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>